Paspartú gigante

Por Elisa @elizzaflow

El paspartú gigante es un recurso fantástico que acepta marcos grandes y marcos pequeños. Veámos algunos ejemplos.

En anteriores entradas, y últimamente con un poco más de interés (así es la decoración, va por modas), hemos reparado en la figura del paspartú. Ésta tiende a ser segundo plato, un complemento asumido por tendencias clásicas que se adopta casi por inercia. Sin embargo, tiene mucho que ofrecer, y es por ello que hoy nos detendremos para rascar un poco. Sin dolor pero olvidando la superficie.

¿Y por dónde circularemos? Como este tema tiene múltiples carriles, autopista, aunque con parada en los paspartús gigantes. Nunca he sido una gran consumidora de paspartú, pero debo reconocer que los cuadros con uno gigante, ésos en los que la imagen es menor que el paspartú me llaman mucho la atención. Y si lo hacen, es por que tienen algo.

El objetivo del paspartú es crear un contraste a partir del juego de tamaños, colores y texturas. En según qué casos, no conviene apelar a casos extremos de las tres patas del banco, pero si las cogemos por separado, prácticamente son signo de garantía. El efecto que conseguiremos con un paspartú gigante es que el cuadro parezca más pequeño. No obstante, lejos de desviar la atención, focalizará la atención sobre la obra: lámina, lienzo o acuarela. Recuerda que si optamos por un paspartú con colores claros, la imagen incrementará su presencia; si por el contrario implementamos la pieza con un paspartú en colores oscuros, se potenciará la sensación de profundidad.

Para acabar, nosotros mostramos nuestra posición a favor de pintar una pared con tonos oscuros y colocar en ella cuadros de tamaño mediano con piezas pequeñas y paspartú grande. Si es que la imagen central no está pues por casualidad... Si quieres saber más puedes visitar esta entrada.

Imágenes: lahabitaciondeana.com, preciouslyme.com, dietzrauber.com