No es que de repente me haya dado por reciclar cada mes. Yo soy mucho de aprovechar lo que hay en la nevera y hacer una de esas recetas que yo llamo "batiburrillo" pero es que hasta ahora no me había dado por contarla ni mucho menos por fotografiarla. Pero eso ha cambiado y ahora intento, al menos una vez al mes, traeros a primera línea esos restillos que, combinados con gracia, se convierten en un plato de lujo, al menos en lo que a sabores se refiere.
En esta ocasión abrí el congelador y me encontré con un paquete ya abierto de láminas de hojaldre cuadradas pequeñas, que son las únicas que encuentro por aquí. Suelo tenerlas en el congelador por si las moscas porque te sacan de un apuro. También me había sobrado relleno de hacer los tortelli para mi reto y un triste trozo de puerro al que dentro de poco se le iba a poner cara de mustio. ¡Ah si! Me olvidaba de unas lonchas de jamón cocido...¡Y así ha quedado la receta! ¡Os aseguro que me ha costado más encontrar un nombre a la receta que hacerla!Ingredientes: 8 láminas hojaldre cuadradas; 12 cucharadas relleno de espinacas y ricotta; 4 lonchas jamón cocido; 1/2 puerro.
Preparación: En la bandeja del horno forrada con papel sulfurizado colocar 4 láminas de hojaldre. Encima de cada una colocar una loncha de jamón cocido, encima repartir 3 cucharadas del relleno de espinacas y ricotta y terminar con el puerro cortado en aros.
Practicar unos cortes en las restantes láminas de hojaldre y colocar encima de las otras ya rellenas, sellando bien los bordes con un tenedor.
Hornear a 200 ºC (calor arriba y abajo) durante 20 minutos. Servir calientes.
Pues con esta receta participo de nuevo en el proyecto Reciclando sabores que organizan cada mes Marisa de Thermofan y Rosalía de Ross gastronómica. ¡Espero poder seguir participando en el futuro!