La madera estaba muy maltratada por toda la superficie de trabajo, normal después de su uso durante años, así que no tuvimos más remedio que usar la lijadora para minimizar, en lo posible, marcas y señales.
El interior estuvo entretenido de pintar...
Pero cuatro manos después, quedó listo y renovado. Os mostramos un detalle de cómo quedó la zona de piel verde (podéis verla en la primera foto), pues se encontraba francamente estropeada y fue imposible conservarla tal cual.
Su dueña quería un suave decapado.
Un detalle de las patas de lentejas...
Lo hemos terminado con una mano de barniz y otra de cera.
¡Cómo cambia con la pintura!, ¿verdad?
Lo cierto es que parece otro, y las dos nos lo hubiéramos llevado a casa sin pensarlo...,
..., pero no, su dueña lo espera impaciente y, en cuanto terminemos el post, se lo llevaremos a su casa.
Con este trabajo, nos despedimos hasta después de Semana Santa. A partir del domingo nos espera una semana de inmersión cofrade total. La verdad es que disfrutamos mucho de esta tradición tan nuestra, y esperamos vivirla con plenitud. Y os deseamos lo mismo, sea lo que sea que hagáis en estas vacaciones. ¡Feliz semana y nos vemos el lunes 22!