Los que me seguís, sabéis que les estoy dando una segunda oportunidada algunos de los platos que ya he publicado hace varios años, y entre ellos se encuentran las patatas a la importancia.
Es este un plato tradicional, sencillo y rico donde los haya.
Las patatas a la importancia pueden ir rellenas o no, pero yo siempre las preparo de este modo.
Es una plato un tanto "entretenido" de elaborar, pero merece la pena, y a pesar de que las patatas guisadas de un día para otro, no aguantan demasiado bien, en éste caso, el guiso gana en sabor, ya que se empapa de la sustancia del caldo y al día siguiente, están incluso más buenas :-)
Ingredientes
- Patatas
- Jamón serrano cortado en lochas finas- Harina
- Huevos
- Cebolla
- Ajo
- Perejil
- Pimienta Negra
- Vino Blanco
- Azafrán
- Caldo de Carne o Pastilla de Caldo Concentrado
- Sal
Preparación
- Pelar y cortar las patatas en rodajas como de 1/2 cm. y salar, no demasiado, teniendo en cuenta que el jamón ya es salado.
- Meter un trozo de jamón entre cada dos rodajas de patata, e ir preparando de este modo todas las patatas.
- Rebozar cada paquetito de patata en harina y huevo e ir friendo en abundante aceite caliente.
- Sacar a una fuente y dejar a la espera.
- Elegir una cazuela holgada para guisar las patatas para evitar que se deshagan al cocer, y pochar en esa cazuela abundante cebolla picada muy menuda. (Freir la cebolla lentamente para que no tome color).
- Machacar en el mortero los ajos, con el perejil y unas bolitas de pimienta y desleir con el vino blanco. Dejar a la espera.
- Una vez que la cebolla esté bien pochada, añadir una cucharada de harina para que espese el caldo y rehogar unos minutos, para quitarle el sabor a crudo.
- Añadir el majado del mortero, y dejar cocer el conjunto unos minutos para que se evapore el alcohol.
- Agregar el caldo de carne, o la pastilla de caldo desleida en el agua necesaria para cubrir las patatas.
- Añadir unas hebras de azafrán un poco tostadas, o azafrán en polvo.
- Rectificar de sal.
- Distribuir las patatas que teníamos reservadas y dejar que cuezan lentamente, cubiertas de caldo, el tiempo necesario hasta que al pincharlas se vea que están bien blanditas.
- Cuando estén en su punto, apartar del fuego y dejar reposar tapadas 10 ó 15 minutos, antes de servir.