Últimamente necesitaba poner orden en mi cabeza. Conocer mis prioridades, sueños y aspiraciones. Pasar un filtro, desechar aquello que no valía la pena. Cambiar de ideas en algunos ámbitos. Ser menos estricta conmigo misma. Aprender, equivocarme y evolucionar. Centrarme. Y a día de hoy puedo afirmar que sí, que he empezado a trazar ese camino.
Siempre he sido alguien que se ha exigido mucho a sí misma pero, a la vez, no se ha esforzado para cumplir esas expectativas. Y creo que ese era el foco de muchos de mis problemas, junto el hecho de esperar demasiado de los demás, cosa que llevaba a que creyera no era suficiente para nadie, que algo estaba haciendo mal. Cosa que conllevaba que yo no creyera en mí misma.
Y supe que eso no podía seguir así. Que debía esforzarme, que debía empezar a creer en mí misma. Por que si no lo hacía yo, ¿quién más lo iba a hacer? Que debía empezar a exigirme menos, a no preocuparme tanto, a dejar de prejuzgar muchas cosas y a permitir que las cosas pasen, que fluyan las energías, que sigan su camino. Porque si de verdad hay algo que tiene que pasar, pasará de todos modos así que, ¿por qué preocuparse?
Creo que puedo decir que he aprendido a dejar muchas cosas atrás. A reflexionar sobre mi pasado y dejarlo ahí, pasado, en un rincón. No a olvidarlo, porque no creo que se deba, pero sí a asumirlo y a dejar de lamentarme por algo que no puedo cambiar. Algo que pasó, que me hizo fuerte y que me convirtió en quién soy hoy. Aprendí a perdonar a personas, a darles otra oportunidad.
Decir todo esto suena como si me hubiera encontrado a mí misma. Pero no. Es solo... que creo haber empezado a crear un camino que me podría acercar hasta mí misma. Y digo "acercar" porque no creo que nunca nos lleguemos a encontrar completamente, sino que siempre andamos buscando, creando y mejorando cada día.
Pero volviendo a mi camino... quizás no, quizás no me lleve a ningún sitio. Quizás me haya equivocado y en realidad, mi camino va hacia otro lugar. Pero ¿qué más da? Por el momento lo único que puedo hacer es disfrutarlo y dejarme llevar por él. Así que, ¿por qué no aprovecharlo?