Patio ensamblaje 2008

Por Jgomezp24

Me di de bruces en el suelo hace unos días, sí, buscando vinos naturales en mi barrio. Pero me levanté, también...y lo hice en un patio que jamás había pisado, pero del que conocía no pocas cosas. Me sonaba el asunto casi a Augusto Monterroso ("cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí"), pero había unas botellas, sí, y se intuía la sonrisa y bonhomía de su hacedor, también. Fresco El Patio ensamblaje 2008, a 15ºC lo tomé, y aunque podía haber pasado lo que Jose apuntaba hace poco, la botella salió redonda, con una esfericidad que me dejó buen paladar y mejor cuerpo. 13% para un vino de tierra calcárea, algo de regadío de apoyo y mayoría de secano, donde casan tempranillo y graciano, por parte española, y syrah y petit verdot, por parte francesa. 8 de julio, a las 21 horas, día de tierra y de fruto, con la luna a punto de nueva. "Buen día para este vino", pensé. Y acerté.
En ese "casamiento" domina la buena relación entre cepas y la mano sabia del viticultor. Vinificaciones por separado, mínima intervención en el campo y en la bodega y un buen reposo en botella. Como todo, el vino tendrá sus días buenos y sus días malos, pero si cioges uno de los primeros, ¡menudas sensaciones! Vino intenso, glicérico, con lágrima y tono de picota bien madura, sabe a masa de pan del de antes, con levadura, aceite, algo de sal, frescor de agua y, al final, un puñado de cerezas. Huele a las cerezas tras salir del horno, huele a compota con esa fruta y huele a regaliz roja. Sus taninos son maduros y golosos, mucho. Esa uva madura tiene un contrapunto salvaje, casi vegetal, fino y leve, agradable. Pasé horas antes de dar en mi cabeza con él: esencia de cedro. Es un vino brioso pero elegante, contundente pero fino y sensible. Tiene un posgusto largo y sabroso, con un poco de café ligeramente torrefacto y caramelo de violeta. Hoy me salió redondo, sin aristas, muy placentero. Sal ahumada y laurel a las 24 horas. Un placer.
El Patio es el de Samuel Cano en Mota del Cuervo (DO La Mancha). En la foto luce, sonriente como siempre le he visto (segundo por la izquierda, en la fila de abajo), con sus conmilitones (¡aquí sí vale la palabra!) de la Asociación de Productores de Vinos Naturales. Samuel ama a su tierra, cultiva ajos (menudos ajos) y patatas en sus campos. Tiene cepas y desde hace unos años ha entrado con fuerza en la elaboración de vinos. Quiere aprender haciendo camino y sus compañeros le ayudan. Aunque usa variedades de otras tierras y que conocieron otras características de suelo y de clima, el vino que ofrece es un vino manchego por completo, un vino que transmite vibración por su tierra. Es fácil decir esto, lo sé, cuando conoces bien al dueño, has hablado con él, sabes qué hace, cómo lo hace y por qué lo hace. Pero para eso estamos aquí, ¿verdad? Para que nos hagáis confianza y sepáis: quien quiera despertar en un patio manchego y tomar un buen desayuno de cuchillo y tenedor, lo acompañe con un vino de Samuel. Si uno no quiere moverse de casa, que es otra opción..., puede comprarlo en Vino Bodega. Si quiere moverse, en Barcelona, puede ir a L'Ànima del vi. El Patio ensamblaje 2008 sale por 11 € y su Patio Airén 2008 (que es el vino que le dará, aunque no la busque, la fama: La Mancha y la poco apreciada airén llevadas a cimas jamás exploradas), por 9 €.