Tras realizar una encuesta a nuestros seguidores sobre qué temas les parecerían interesantes de tratar, el de la revisión de la medicación en el enfermo de Alzheimer, entre otros, ha tenido numerosas menciones.
Antes de hablar sobre cómo, cuándo y quién revisa la medicación pautada a un enfermo de Alzheimer, queremos puntualizar cuál es el objetivo de prescribir medicación a estos enfermos, y es que muchos familiares y/o cuidadores se preguntan por qué motivos se pauta medicación si se trata de una enfermedad incurable.
El objetivo principal del tratamiento farmacológico en los enfermos de Alzheimer es promover su independencia el mayor tiempo posible y tratar de frenar el avance de la enfermedad. Estos son los dos puntales fundamentales del tratamiento. No hay cura, como bien hemos dicho antes, así que la prescripción farmacológica sólo puede frenar el deterioro cognitivo y no eliminarlo. De hecho, y este tema lo trataremos más adelante en otro post, la medicación no sólo frena el avance de la enfermedad sino que es la combinación de ésta junto con la estimulación cognitiva, lo que de verdad arroja resultados positivos.
Actualmente existen varios fármacos dentro del catálogo de prescripción farmacológica en la enfermedad de Alzheimer:
- Los inhibidores de la acetilcolinesterasa cuyo objetivo es frenar la degradación de la acetilcolina, agente protagonista en los procesos de la memoria. Dentro de este grupo se encuentran el Donezepilo, la Galantamina y la Rivastigmina. Los tres se prescriben en caso de Alzheimer de leve a moderado.
- La memantina, indicada para procesos en fases de moderadas a graves.
Un aspecto a tener en cuenta, desmoralizador por otra parte, es que según opiniones médicas basadas en ensayos realizados, a partir de una cierta gravedad de los síntomas, la medicación deja de aportar beneficios.
Una vez considerado este apunte ¿durante cuánto tiempo debe el paciente estar en tratamiento? ¿Se debe revisar por parte del médico la medicación pautada?
Los enfermos de Alzheimer sometidos a tratamiento farmacológico deben ser evaluados periódicamente y con regularidad por el médico, considerando que la medicación siempre debe tener efectos positivos sobre el comportamiento, el ámbito cognitivo y en general en el estado global del enfermo. En esta evaluación debe ser tenida en cuenta la opinión del cuidador o la persona que convive con el enfermo.
En fases de Alzheimer de leve a moderada, una vez pautada la dosis de medicación, se establece que los enfermos deben ser evaluados, la primera vez, cada 2-4 semanas, y si el tratamiento es tolerado y no tiene efectos adversos, hay que realizar seguimiento cada 3-6 meses.
En fases moderadas o graves, tras pautar el tratamiento, el paciente debe ser evaluado en un periodo de 6 meses máximo, siendo suspendido éste si el enfermo sigue mostrando deterioro cognitivo.
¿Hay casos en los que se suspende la medicación?
Si, los enfermos que tiene prescrito el tratamiento pero siguen teniendo deterioro cognitivo y empeoramiento de los síntomas de forma general, es en los casos en los que se suspende el tratamiento. Se puede cambiar de fármaco (o de combinación de fármacos) antes de eliminar el tratamiento por completo. No existen datos exactos (la enfermedad de Alzheimer es todo menos exacta y previsible) sobre cuándo hay que suspender el tratamiento o continuar con él. En el Reino Unido, por ejemplo, pasados 12 meses desde el inicio del tratamiento, si en la primera evaluación del enfermo, éste no ha mejorado cognitivamente, la medicación es suspendida. Normalmente, sin llegar a ser un tiempo exacto, 6 meses en un período que sirve para determinar si un tratamiento está o no funcionando.
Dejadnos aquí o en nuestro perfil de Facebook un comentario y si os apetece, también nos podéis dejar un Me Gusta si os ha parecido interesante el post.