Reconozco que cuando elegí esta receta me las prometía muy felices porque, a simple vista, parecía muy fácil...No recuerdo haberlo pasado tan mal con una receta del reto desde los famosos baci di dama jajajajaja. Veréis...leyendo la receta uno se imaginaría que la masa se puede moldear con las manos para hacer las famosas bolitas...¡ni hablar!
Como todo hay que contarlo, he repetido tres veces la masa cambiando cosas y, después de dos intentos fallidos con una masa inmanejable, me dije: "a ver Maggie, tu eres química y sabes que el orden de los reactivos es importante en una receta y que las proporciones también lo son así que lee de nuevo y piensa..."
Pues eso hice...como cuando no me salían las reacciones en el laboratorio, volví al origen y volví a intentarlo prestando más atención...¡bingo! Así que ahora os cuento cómo he hecho las famosas galletitas...
Ingredientes: 100 g harina; 100 g azúcar glas; 2 claras huevo L; gotas de esencia de vainilla.
Preparación: Batir las claras casi a punto de nieve. Añadir el azúcar glas (la receta original no lo dice pero yo creo que se integra mejor) y continuar batiendo a velocidad baja para crear una crema blanca. Añadir la esencia de vainilla y seguir batiendo. Finalmente añadir la harina tamizada poco a poco para que se integre bien. Os va a quedar una masa con una consistencia ni muy líquida ni muy espesa. Pasar a una manga pastelera.
Forrar la bandeja del horno con papel sulfurizado. Esto es importante porque después va a ser mucho más fácil despegar las galletas. Con la manga pastelera ir colocando montoncitos de masa en el papel bien separadas y del tamaño de una moneda de 1 euro más o menos. Dejar un ratito para que la masa se aplaste y se extienda por el peso mientras se calienta el horno.
Hornear a 180ºC durante 10-15 minutos (dependerá del horno). Deben quedar doraditas por encima. Sacar el papel entero con las galletas e ir despegándolas. Guardar en una lata.
Los pazientini quaresimali son dulces típicos de la tradición de Pascua en Lazio, región que visitamos este mes y cuya capital es Roma. En realidad se consumen un poco antes de Semana Santa, durante los días de Cuaresma, periodo como sabemos de sacrificios y renuncias (también a los dulces). Sin embargo, es difícil sustraerse a un bocadito como este y por eso, en la antigua Roma, durante el periodo de la Cuaresma, se saltaban los preceptos preparando estos riquísimos dulces que, como su nombre indican, necesitan mucha mucha paciencia para prepararlos...
Como siempre, os dejo la receta original, que he respetado en todo salvo que la he escalado a las dimensiones de casa, es decir, 50 g de azúcar y de harina por cada clara.
Y ahora vamos con las que se han atrevido a este verdadero reto de lidiar con una masa difícil y que han salido exitosas ¡BRAVO!
Pues con esta participación tan concurrida, a pesar de las dificultades, nos despedimos hasta el mes que viene con una nueva anfitriona. ¡Sed felices!