El ingenio humano parece no tener límites. Otra cosa es que las ideas conduzcan a soluciones prácticas. Estas dos tienen un punto un tanto surreal. Londres sufre un problema similar a Madrid. Nunca logra cumplir con los límites de contaminación exigidos por la Union Europea. Para combatirlo, el alcalde ha puesto en marcha un programa que consiste en rociar las calles con pegamento para capturar la contaminación. Mientras tanto, en Ulan Bator (Mongolia), unos ingenieros trabajan en un proyecto que creará glaciares artificiales para garantizar el suministro del agua y reducir el consumo de energía de los aires acondicionados durante el verano.
Pegamento anticontaminación y glaciares para refrescar la ciudad: