Título: La La LandDirector: Damien ChazelleMúsica: Justin HurwitzProducción: Fred Berger, Jordan Horowitz, Gary Gilbert y Marc Platt.Fotografía: Linus SandgrenMontaje: Tom CrossGénero: Comedia, Musical, Comedia dramática.
Quiero partir de una base que a muchos sorprenderá, y es diciendo que La La Land es todo menos una película inocente. Una de las favoritas al Oscar como Mejor Película (que perdió, pero no sin armar un escándalo que será recordado durante décadas en los círculos de entregas de premios) se perfila como un eterno homenaje a los inicios del género: a los bailes a la luz de los faroles, a los desconocidos que caen el uno por el otro, a los colores brillantes, a los sueños. A esas parejas que durante los 40, 50 y 60 bailaron en las pantallas hasta el agotamiento. La La Land es una película con un pie en el pasado, sí, pero también con un pie en el futuro: su foco está puesto en perseguir lo que uno quiere, en lo que vendrá, y, claramente, en su coste.
En retrospectiva, La La Land está lejos de ser una película perfecta. Quizás su historia sea demasiado sencilla, quizás el nivel de algunas actuaciones no esté a la altura del proyecto, quizás algunas de sus escenas sean demasiado estructuradas y fabricadas. Pero no se puede negar el efecto estético de la cinta. Con una fotografía impecable – a cargo del enorme Linus Sandgren - La La Land deja en la retina del espectador un abanico de colores que se funden en sombras, una alegría intensa que disminuye, que se apaga, que nos deja pensando no sólo en el precio que Mía y Sebastian deben pagar para cumplir con sus objetivos, sino también en todo aquello que hemos dejado nosotros, como espectadores, atrás.