Películas del Recuerdo - Donnie Darko (2001)

Publicado el 21 julio 2013 por Cinefiloclub @cinefiloclub1
Un puzzle exquisito
Donnie Darko es una película de culto sumamente shockeante. En todos los aspectos y en cada elemento que Richard Kelly, su director y guionista, escribió y expuso en escena conjugando buenos recursos técnicos, diálogos tan intrigantes como excelsos y una musicalización fina, delicadamente seleccionada y movilizadora. El film nos narra la historia de Donnie (Jake Gyllenhaal), un joven con una gran capacidad intelectual e imaginativa y con una serie de problemas emocionales bastante particulares. Una noche de octubre de 1988 nuestro protagonista es despertado por una voz siniestra que lo lleva a un campo de golf, allí se topa con un conejo gigante, de aspecto tétrico, demoníaco, llamado Frank. Este le advierte el fin del mundo en una fecha específica, como en una suerte de cuenta regresiva de 28 días, 6 horas, 42 minutos y 12 segundos. Por la mañana, despertando sobre el césped, Donnie descubre que su habitación ha sido devastada por el impacto de un motor de avión. A partir de allí, el adolescente comienza a experimentar nuevas alucinaciones diurnas, motivado en cada una de ellas por Frank, quien no hace más que incitarlo a llevar a cabo una buena variedad de acciones peculiares. El relato, sin poseer un ritmo fuerte, atrae notablemente por su modo hipnótico de enlazar al espectador, transportándolo a un mundo de variadas sensaciones, generándole inquietudes, estados melancólicos y enigmáticos. En todo momento queremos descifrar qué va a suceder, pero en Donnie Darko nada es predecible, todo resulta raro, de a ratos surrealista, confuso pero agradable, estimulante, siniestro. El gran acierto de Kelly, más allá del guión, radica en la excelencia de sus secuencias, en el vuelco a la práctica de la trama a partir de la construcción de una atmósfera oscura, dramática, tenebrosa o misteriosa, según lo sugiera el cuadro en cuestión. La voz del conejo y su diabólica presencia parece formar parte del condimento más sombrío de la película, con un trasfondo sobrecogedor y una historia de amor juvenil que conmueve y cala hondo en el corazón del público por la fuerza y las debilidades que unen a los enamorados (Gyllenhaal y Jena Malone). Donnie parece ser el estereotipo de muchacho que, a pesar de su inteligencia, fantasía e ingenio, no logra comulgar con el carácter común de la esencia de la vida interrogándose hacia donde nos dirigimos, escarbando en su mente y en su inconsciente para hallar la salida más viable, aquella que le sepa sanar el dolor. Pocos films saben suscitar en el observador unos estados de pensamiento, análisis y reflexión tan profundos y emotivos como los que propaga Donnie Darko. La proyección colisiona de lleno contra nuestro ser interior, actúa como un puñetazo a la conciencia otorgándonos un pasaje gratis a la libre imaginación. Con un final soberbio en donde todas las piezas parecen encajar a la perfección en este puzzle dramáticamente psicológico, acompañado para cerrar los telones del majestuoso tema de Gary Jules – Mad World (con una letra tan exacta a lo que plantea el relato), esta obra maestra acaba quemándonos la cabeza, hundiéndonos en un agradable shock nostálgico, de esos que no hacen más que dar vueltas y vueltas por unas cuantas horas en nuestra percepción. De esas narraciones mágicas que suelen hacer “googlear” a más de uno en búsqueda de una explicación.
LO MEJOR:el guión, los acontecimientos, las actuaciones. Musicalización delicada, elegante. Emotiva, movilizadora. De culto. Te deja la mente ocupada en ella largos ratos. LO PEOR:puede resultar confusa para espectadores distraídos.
PUNTAJE:9,3