Peligroso veganismo

Por Luistovar

Quienes con mayor fanatismo se oponen a los Derechos Animales, en muchas ocasiones intentan hacer creer que los veganos son gente peligrosa o que sus ideas sólo pueden traer desgracias. Sin embargo, ocurre que ningún vegano ha agredido jamás físicamente a ninguna persona, ni tampoco se ha demostrado que aplicar el veganismo implique ningún tipo de violencia ni que pueda causar daños o perjuicios a seres humanos (u otros animales) ni tampoco a la economía o el funcionamiento normal de la sociedad.


Por supuesto, no solamente se ha intenta presentar el veganismo como algo dañino sino que otros movimientos de justicia social (como el feminismo, el ateísmo, o el escepticismo) también son caricaturizados y distorsionados por sus contrarios, intentando hacer creer que son poco menos que el principio del apocalipsis. Hace unos días en el blog ateo Alerta Religión se exponía una de estas habituales distorsiones tan propias de los reaccionarios. En esta ocasión el ataque provenía de dirigentes religiosos en contra de la igualdad de la mujer:
“Encuentro muy peligroso este fenómeno llamado feminismo, porque las organizaciones feministas proclaman una pseudo-libertad para las mujeres que debería manifestarse en primer lugar fuera del matrimonio y fuera de la familia.   
”El hombre mira hacia afuera, debe trabajar y hacer dinero, mientras que una mujer siempre se enfoca hacia adentro, haciasus hijos y su hogar. Si este rol excepcionalmente importante de la mujer es destruido, todo se destruirá como consecuencia: lafamilia y, si se quiere, la patria.”

La verdad es que me ha resultado muy curioso leer esta declaración, pues me ha recordado que algunos detractores del veganismo exponen un discurso apocalíptico muy similar con el fin de descalificarlo. Sin duda, hay una esencial similitud entre ambos movimientos. Bajo mi punto de vista, lo mismo podría decir del ateísmo y el escepticismo.
Incluso podría reescribir el párrafo en versión anti-vegana:
Encuentro muy peligroso este fenómeno llamado veganismo, porque las organizaciones veganas proclaman una pseudo-libertad para los animales [nohumanos] que debería manifestarse en primer lugar fuera del uso y la dominación del ser humano.
”El hombre mira hacia afuera, debe trabajar y hacer dinero, mientras que los animales [nohumanos] sólo existen para que saquemos un beneficio de ellos. Si este rol excepcionalmente importante del animal [nohumano] es destruido, todo se destruirá como consecuencia: la economía y, si se quiere, la civilización.


El feminismo pretende que las mujeres dejen de ser discriminadas de la plena consideración moral. Ser tratadas como personas y no usadas como objetos. El veganismo pretende lo mismo respecto de los animales nohumanos. Lo que importa es la sintiencia. Es decir, el hecho de poder sentir, y todo lo que esto implica: sensaciones, emociones, individualidad, voluntad, intereses. 
Todos los ataques contra el feminismo y el veganismo están motivados por los mismos motivos: la ignorancia y la inercia de mantener el status-quo establecido. Los varones se benefician de mantener sometidas a las mujeres, o simplemente continúan la inercia de los prejuicios que les han inculcado. Del mismo modo, los humanos nos beneficiamos al explotar a los demás animales, o simplemente lo hacemos por continuar los hábitos que hemos adquirido desde niños. 
Veganismo y feminismo son en esencia lo mismo. Sólo se diferencian en el tipo específico de opresión. El feminismo se opone a la tradicional dominación patriarcal que los varones han ejercido sobre las mujeres. El veganismo se opone a la dominación especista que los humanos estamos cometiendo sobre los demás animales. Ambos por igual se basan en el principio moral de igualdad y en concepto del valor intrínseco de la persona.
Es comprensible que todos los movimientos morales surgidos al amparo de la Ilustración y que se oponen a algún dogma profundamente arraigado en la sociedad (ya se trate de la religión, el pensamiento mágico, el machismo, o el especismo) encuentren una fuerte resistencia y reacción contraria a cualquier intento de erradicarlo. Pero lo único que queda ante esto es seguir persistiendo y confiando en la racionalidad y el sentido moral que es inherente a todos nosotros.
Parafraseando a Phil Plait podría terminar diciendo algo así: «No estamos en una guerra. No queremos aniquilar a ningún enemigo. Queremos persuadir a otros seres humanos. No necesitamos guerreros. Lo que necesitamos son activistas que conciencien y a eduquen a otras personas.»
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