Al llegar a casa, lo primero que hice fue abrir los armarios para ver que tipos de pasta tenía. Cuando mis hijos vivían en casa, como eran” pasta-adictos”, en mi despensa se podía encontrar todo tipo de variedades, pero ahora, en un rinconcito había tres únicos paquetes, el primero con lasañas, el segundo con lacitos y fue el tercero el que me hizo sonreír “penne rigato, nero di sepia”. No era Halloween, pero tenía en el “frigo” crema de calabaza que me había sobrado de la noche anterior, por lo que haría una variante de la que le hacía a “mis niños” cuando eran pequeños (pasta negra con crema de calabaza) al llegar esa fiesta que poco a poco hemos ido adoptando de la cultura anglosajona.
Lo que utilicé fue lo siguiente:
1 paquete de penne rigato negro, 1 calabacín grande o dos pequeños, 1 cebolla morada, crema de calabaza, 5 tomates secos en aceite, un puñadito de nueces, anises, sal y aceite.
La pasta se cuece siguiendo las indicaciones del fabricante, y mientras tanto cortamos el calabacín en trocitos pequeños, al igual que la cebolla. Ponemos al fuego una sartén grande, echamos un chorrito de aceite de oliva y cuando este se caliente, incorporamos el calabacín, la cebolla y un pellizco de anises, sazonamos al gusto y lo vamos haciendo poco a poco, removiendo para que no se dore.
Cuando la pasta está cocida, se escurre bien y se pone en una fuente, se le añade los calabacines y se cubre parcialmente con la crema de calabaza. Por encima ponemos unas nueces picadas y los pimientos secos en aceite cortados en tiras finas.
Os puedo asegurar que este plato está “DE MIEDO” .
Bon Appétit