Estimad@s lectores y lectoras, retomo la sección Pensamientos desde la consulta, que ya hacía tiempo que no había actualizado con nuevas entradas. Así que ahora quiero recordar que este es el apartado centrado en todo aquello que conecta la psicología con las vivencias que terapeutas y consultantes vivimos en las sesiones de psicología, desde mi punto de vista.
Hace ya unos cuantos años leí un libro llamado “Yo estoy bien, tú estás bien” que trataba de una técnica terapeutica llamada análisis transaccional. Heredera de otras formas de hacer terapia, esta podría ser su idea básica:
“El individuo es responsable de lo que le ocurrirá en el futuro, cualquiera que haya sido su pasado. Es a la vez un método para enseñar y para aprender. Distingue tres elementos activos en la elaboración de la personalidad: el Padre, el Adulto y el Niño. Su objetivo es el fortalecimiento y la emancipación del Adulto respecto de los clisés arcaicos del Padre y del Niño, con el fin de hacer posible la libertad de elección y la creación de nuevas opciones”.
Me parece una gran idea. Aquí no entraremos a fondo en el análisis transaccional, si no que prefiero que pensemos en el mensaje básico del anterior enunciado. Creo que la mayor parte de dificultades que afrontan todas las personas que acuden a consulta es el delegar en su parte de personalidad que podemos llamar su “Niño” (deseos, ausencia de reglas, vulnerabilidad…) lo que sucede en sus vidas. Es el caso de quien focaliza en los demás sus dificultades (“esto me pasa porque mi pareja hace tal o cual cosa”, “mis superiores no me valoran lo suficiente”). Habría que ver en cada caso particular que sucede, pero es una constante el delegar en los otros lo que nos va aconteciendo.
O si no, yendo al extremos contrario, atribuyéndolo a su “Padre” (ordenes, mandatos no revisados). ¿Las reglas que aprendimos nos siguien sirviendo? ¿Y todo aquello que aprendimos en nuestra casa sobre manejar el dinero, como es una buena relación de pareja, que es el éxito, cómo tratamos al resto de personas?
Ambas partes de la personalidad son necesarias para autorregular nuestra existencia, pero siempre a cargo del Adulto, que es quien media entre ambas y decide que necesitamos en un momento dado, quien establece prioridades para conseguir nuestros objetivos vitales. Creo que de hecho este es el objetivo último de toda terapia, el coger el control de nuestra vida de manera adaptativa, exitosa y contribuyendo a nuestro bienestar. Y en realidad, el quid de la cuestión de eso que llamamos vida.
Antoni Martínez. Psicólogo en Valencia y online. Tel: 616 19 92 11.