¿¿Coca-cola o Pepsi?? La eterna dicotomía que se da en otras marcas de productos alimentarios del día a día, al igual que ocurre con los aficionados del Madrid o del Barça, o los usuarios de Canon y Nikon, tienes que elegir un bando... ¿Qué pasa con las bebidas deCola? Pues si fuese estudiante de biotecnología yo lo tendría muy claro...
Muchos de vosotros habréis dejado de leer...otros habréis quedado atrapados por la introducción. ¿De qué va todo esto? Cuando uno es profesor de una asignatura, que tiene que ver en su campo de estudio, no tiene más remedio que ir más allá para enfrentarse a los alumnos (en el buen término de la palabra por supuesto). A nivel de bancada, las cosas son tan específicas que son poco útiles en las aulas. ¿Ventajas? Que aprendes cosas que no esperabas, y sobre todo curiosidades que puedes sacar a colación en conversaciones de bar sin que te tachen de rarito.
El término Biotecnología, como tal, es relativamente reciente, dado que sus raíces se sitúan con el inicio de la biología molecular en los 70. Hasta entonces, muchos de esos conocimientos quedaban inmersos en los campos de la Biología (de bata) o la Bioquímica.
Sin embargo, como muchas otras veces ocurre, ya se estaba coqueteando con la Biotecnología mucho antes de que ese término fuese acuñado. Eso sí, de una de forma inconsciente, como es el caso de la curiosidad que os traigo en el blog.
En el año 1836 Theodor Schwan, autor de la teoría celular e inventor del término metabolismo, aisló la enzima digestiva llamada pepsina, dando un golpe sobre la mesa en el campo de la fisiología, ya que en ese momento se creía que el ácido clorhídrico era el agente encargado de la digestión.
Estamos en el siglo XIX y en Alemania. Como podéis imaginar, la alimentación muy mediterránea no sería, y estaría basada principalmente en productos cárnicos. Así que Caleb Bradham, que empezó medicina pero tuvo que dejar la carrera tras la quedarse arruinado su padre, se montó una especie de dispensario o farmacia. En aquella época era habitual disponer de máquinas para hacer agua carbonatada, ya que en esos años se creía que el agua carbonatada podía tener beneficios para la salud y poco a poco fueron llevándose al ámbito doméstico.
Una de esas bebidas que creó fue la Pepsi-Cola. Un refresco compuesto por nue z de cola y pepsina. Como veis, tampoco se calentó demasiado la cabeza al asignar un nombre a la bebida, aunque al principio fue conocida como Brad Drink. El resultado fue un refresco que por un lado tenía los beneficios de los extractos de la nuez de cola, y por otro lado era una bebida que teóricamente ayudaba a la digestión por la presencia de pepsina, sobre todo tras una comida copiosa rica en proteínas. Por otro lado, y casi contemporáneamente, existía su competidor directo, la Coca-Cola, con una formulación distinta, ya que esta última no incluía la pepsina en su receta.
No obstante en el año 1923, a causa de fluctuaciones en el mercado del azúcar, la empresa cayó en concurso de acreedores y tras la venta se reformuló la receta de la Pepsi-Cola para que fuese más parecida a la Coca-cola, dejándose de añadir la pepsina, y perdiendo, bajo mi punto de vista, su ingrediente estrella.
La Pepsi de finales de siglo XIX y principios del siglo XX sería hoy sin duda un producto alimentario con un valor añadido, frente a la Coca-Cola. pero en la actualidad, pese a pequeños matices, vienen a ser idénticas. Sin embargo, aquellos que estén un poco metidos en el campo de la bioquímica, biotecnlogía, etc., seguro que verán con otros ojos la Pepsi, si es que no era ya vuestra elección...
Como veis, la Biotecnología está más presente de lo que creemos en nuestra vida cotidiana. Quizás se podría recuperar la fórmula original de la Pepsi, ¿no? Y venderlo como una especie de alimento funcional y saludable...