La tercera estación incluía algo también imprescidible para mí, pero que sale muy poco en este cuaderno: la lectura. La Central del Raval es una de mis librerías en la ciudad. Está bien organizada, tiene fondos muy interesantes de literatura de viajes y de arte moderno y contemporáneo, mucha narrativa y no menos poesía. Cuidan, también, las ediciones en las lenguas de origen de los libros. Empecé a masajear, pues, la parte de mi cerebro que atiende a esas razones. Se acabó cruzando todo, como siempre...no presumo de lector ordenado, sino todo terreno y de motor diesel. No hay que parar de leer durante todo el año, aunque las vacaciones te den un plus de horas y de tranquilidad. Cayeron Accabadora de Michela Murgia o cómo la gente se enfrenta a la muerte en Cerdeña. Paris insolite de Jean-Paul Clébert y Patrice Molinard, un "roman aléatoire" hecho de los jirones de la vida de un vagabundo. Mi personal homenaje a Paddy Fermor, uno de los más grandes escritores de literatura de viajes: A Time to Gifts, en una edición introducida por otra de las grandes, Ian Morris. Jakob von Gunten de Robert Walser...no sé por qué me van tanto las novelas de iniciación. Y algo que promete muy buenos ratos de vino este verano: la instrucción y puesta en práctica de El zen y el arte de degustar vinos. (Un manual para degustar la vida) de Ignacio Maciel. ¡Veremos!
Acompañó muy bien la parte final de esta pequeña reconstrucción (seguirán más, ¡seguro!) el cava Bertha Brut Nature Reserva, que en esta casa sirven por copas. Hasta donde yo sé, Bertha es producto de la voluntad y de los sueños de un négociant, Josep Torres Sibil. No tienen viñedos propios y cada año trabajan mucho en un proceso de selección de vinos base, que incluye más de sesenta catas de viñedos de todo el Penedès. Muchos lo hacen pero pocas veces los resultados son tan notables como en Bertha. Los seguidores de este blog saben que soy adicto a su Pinot Noir Reserva desde hace mucho, pero reconozco que la capacidad de este BN Reserva (ensamblaje clásico con una crianza promedio de 20 meses) para quedar bien con casi todo es grande. Es un cava todoterreno, con buena presencia en boca, sápido y agradable, en el que no desentona nada: tiene el amarillo discreto del trigo tras el envero, una burbuja fina que se concentra en una columna central, un carbónico que no sobresalta, una nariz delicada pero con poder (albaricoque y anís estrellado) y un paladar agradable y envolvente. No hay evolución y las lías se notan pero con mucha discreción: pan blanco, casi.
Cuatro paradas para cuatro horas de suave reconstrucción. Cuatro de mis lugares preferidos en Barcelona que, para qué os voy a engañar, tenían como único objetivo final la siesta de tres cuartos de hora que me administré tras rehacer mi camino monte arriba. Qué bien sabe una siesta aunque cuando te despiertes no encuentres ninfa que te sosiegue...