Y nos gustó tanto el resultado que nos vimos capaces de hacer nuestra propia versión de la misma. Comentar, antes que nada, que ya tenemos una caladora, sí, esa máquina horripilante (para una de las dos, que ni se acerca a ella, por ahora) para cortar madera. Con ella conseguimos las tablas necesarias y, sobre todo, las escuadras que soportan la estantería.
Un poco de lija para alisar bordes y unos cuantas puntillas más tarde, lista para ser decorada.
El espejo lo pegamos con silicona caliente.
Y aquí luciendo terminada en su versión verde,
y en su versión salmón, con una pintura a la tiza (color Fogoso) de nuestra amiga Lucia, de Momentos Vintage.
Estamos felices porque las dos ya tienen dueñas. En el último mercadillo vendimos una y nos encargaron otra. ¡Así que parece que han gustado! Podéis ver sus características en Rastro con encanto, nuestra tienda on-line.