Existen en nosotros acontecimientos enterrados, heridas que no fueron curadas y decepciones que no podemos olvidar. Estos como una roca pesada sobre nuestros hombros, cada día se vuelven más molestos, hasta que llega el momento en que nos aplastan.
Aunque nos encanta hacer el papel de víctima, nuestro rencor no tiene nada que ver con la otra persona. Primero, porque el enojo más intenso y el odio más implacable a menudo los sentimos por nosotros mismos. Y segundo, porque nadie en este mundo excepto a nosotros puede decidir de liberarnos de esta carga bárbara que hemos aceptado llevar en un momento dado de nuestra vida.
Hoy quiero compartir con vosotros una técnica que considero realmente eficaz para -a través de una reflexión profunda- sincerarte contigo mismo y descubrir la vía más adecuada para ti hacia el perdón.
La técnica de las tres vueltas
-Primera vuelta: “Yo a solas conmigo”: Se trata de analizar el problema en la secuencia MAT de las emociones* http://mat-cachet.com/el-mat :
Seguridad: descubro el peligro en que estuve (emociones desviadas y desconectadas con su consecuencia sobre el funcionamiento de las estructuras). Diagnostico el origen de mis emociones inflada, desconectada y prohibida. Detecto mi miedo a mi o mis figuras parentales. Detecto qué necesito para sentirme seguro conmigo mismo.
Desarrollo: entiendo mi confusión al creer en el poder mágico de los arquetipos que me regían. Analizo datos que recuerdo o me pueden hacer recordar vivencias reales que me hicieron elegir mi prisión. Tomo contacto con mi tristeza por la falta de amor que sufrí.
Justicia: Capto las mentiras y manipulaciones que sufrí. Tomo contacto con mi rabia. Elijo el tipo de valores que hubiera querido tener en mi niñez. Verifico si en mi vida actual están perpetuándose los mismos patrones que en mi niñez.
Estatus: Asumo que mi vida era hasta ahora un “no ser”. Imagino cómo será mi vida una vez conectado, autónomo y pleno. Tomo contacto con mi orgullo de no ser como mis figuras parentales y con mi horror y vergüenza en las cosas tóxicas en que perpetúo el modelo.
Pertenencia: Tomo contacto con el amor que sentía hacia esas figuras y analizo ese amor depurándolo de miedos, tristezas y rabias reales que yo transformaba en amor. Mido mi amor real por esas figuras sin engañarme. Tomo contacto con mi amor por mí y con las posibilidades de darme lo que necesito y me fue negado. Si existe otra figura parental que no me dañó tanto o nada asumo que la amo más que a la otra y decido demostrárselo.
Plenitud: Asumo que la verdad, por más horrible y amarga que sea, es alegría. Intuyo cómo me voy a sentir de liberado cuando me quite pesos muertos y falsas creencias de encima. Presiento la alegría que acecha.
Seguridad: Mido en qué tengo miedo hoy a cada una de mis figuras parentales. Mido si la situación que dio origen a mi drama se perpetúa o cambió. Diagnostico a cada una de mis figuras parentales y a mis hermanos en el ayer y en el hoy. Diagnostico el nivel de riesgo real que representa para mí cada una. Y no olvido que si existo es porque me han permitido nacer y crecer.
Desarrollo: Analizo qué factores hicieron que esas figuras me hayan dañado. Decido comunicar imaginativamente si están muertas o ausentes o personalmente con cada una para explicarles qué hicieron y en qué me dañaron. Si hay arrepentimiento real tomo nota para, llegado a la fase del amor, perdonar. Si no lo hay y analizo que sus fantasías de poder son más fuertes que su amor por mí lo asumo sin engañarme y lloro mi pérdida de ilusiones sobre el amor de ellos.
Justicia: Expreso rabia controlada por lo sufrido y digo con claridad qué exijo para seguir en relación con ellos. Si no hay arrepentimiento y además me culpabilizan decido decir mi verdad, dejar claro los límites que no voy a tolerar que se franqueen y los valores que elijo para mi relación con mi entorno, sin excepciones. No corto las relaciones y si ellos lo hacen lo acepto así sin volver atrás a la tristeza y al miedo de perderlos. No voy a recaer en la trampa que me arrojó a mi prisión. Sé que tengo razón y que si me mantengo firme ellos regresarán al camino aceptable y correcto.
Estatus: Me siento responsable y adulto tal vez por primera vez y siento orgullo de mí. Siento orgullo de toda respuesta buena que los haga vencer la inercia del mal que recibí. Establezco nuevas relaciones basadas en el mérito real de cada uno y en el respeto. Si ellos se quedan fijados en la negación, manipulación y chantaje anuncio mi decisión de basar mis relaciones en el respeto y valía real de cada cual cuando cambien de idea.
Pertenencia: valoro los aspectos queribles y amables de cada uno con la generosidad de aceptarlas y amarlas aunque el destinatario de ellas no sea yo. Si hay arrepentimiento real devuelvo todo mi amor con la satisfacción de estar, además liberado. Anuncio que he decido ser lo que soy en lo hondo y compruebo si soy aceptado plenamente o no. Si sí lo celebro y multiplico mi amor. En lo que no, lo anoto a cuenta de la tristeza y decido darme el doble de amor y buscarlo afuera.
Plenitud: Abdico de mi rol de diocecillo y me río de los roles que los que no han rectificado y siguen actuando para usurpar una grandiosidad pomposa que sólo merece la burla como respuesta. Doy testimonio de lo que percibe una criatura libre que sólo aspira a ser, en plenitud, humano.
-Tercera vuelta: “El mundo y yo”:·
Seguridad: Soy adulto, me siento más seguro, el mundo está lleno de gente como yo que desea entrar en contacto conmigo. Me aseguro de rectificar todos mis errores con mis hijos, mi pareja, mis colegas, mis amigos. Siento que perdí para siempre los terrores irracionales que me paralizaban. Soy consciente de mis zonas a mejorar y me pongo a ello sin mirar atrás. Soy consciente de la situación estructural y emocional de las figuras parentales que me rodean y sé diagnosticar con exactitud su grado de peligro y de toxicidad.
Desarrollo: Detecto las múltiples áreas de desarrollo y la infinitud de opciones buenas que se me abren. Elijo a cuales voy a dedicar tiempo y esfuerzo. Disfruto de las relaciones, en aquellas áreas sanas que existen, con esas figuras parentales que antes me paralizaban. Amplío mi espectro de intereses y de relaciones así como de ocupaciones. Ya que destruí a mis ídolos arquetipales eliminé todos los dramas existenciales de mi vida. No engancho en invitaciones tóxicas a volver a la situación anterior con mis figuras parentales. Tengo paciencia con ellos porque yo estaba preparado para el cambio mejor que ellos. Mientras les dejo el tiempo de cambiar desarrollo mi vida y mis relaciones.
Justicia: No pongo a todos en el mismo saco y doy a cada cual el lugar y el trato que se merece. Y eso es válido en primer lugar con mis figuras parentales. Entonces descubro que profundizo una o dos relaciones familiares que antes desperdiciaba por mi valoración indiscriminada. Si perpetué en mi pareja, trabajo o familia conductas equivocadas de las cuales soy víctima dejo claro las nuevas reglas de juego. Y veo con alegría que los más me respetan y valoran más y mejor que antes.
Estatus: Mido mi gran crecimiento y todo lo que conquisté. Mido sobre todo lo que me queda por crecer y por ser y me pongo a ello con carácter prioritario y sin mirar atrás. Rompo con falsas nostalgias que son falacias que me paralizaban y empiezo con pié decidido mi nueva vida. Doy preferencia a mi talento para investigar por donde daré mi talla de ser diferente y único. Admiro y respeto y agradezco los valores buenos de cada figura parental que me permitió ser lo que yo quiero ser. Admiro a la gente que venció su prisión tipológica y que me da testimonio y ejemplo.
Pertenencia: Tengo una vida nueva y diferente y mucha más gente que me amará y a la que amaré sobre la base de la valía real de lo que jamás soñé lograr. Creo mi sistema de pertenencia y descubro la presencia y calidad real de mi alma. Mi anhelo de entrega y de recepción de lo más valioso empieza a funcionar en mí. Entonces descubro la infinitud de mi amor que llega a todos sin excepción porque descubro que el crecimiento es infinito y que siempre llegará el momento y lugar en que todos alcancen este estado y reine el amor para siempre.
Plenitud: Por la vía del descubrimiento del amor verdadero que reinará en algún momento y lugar entre todos los seres humanos y que yo me aboco a sentir y a expresar alcanzo la percepción de lo que es la trascendencia y la premonición de la plenitud. Me siento bueno porque justo y justo porque bueno. Y soy feliz porque inocente y libre y libertador.
Espero que este ejercicio te haya servido para tu proceso del perdón y al realizarlo hayas encontrado la paz, que es la prueba certera de la liberación definitiva de tu carcelería voluntaria.