Peregrinas con whisky a la plancha

Por Carmenrosa @MicocinaCR

Con el paso de los años a aquella cocina que yo conocía, con la que me alimentaron, seña de identidad malagueña, la tradicional, sin influencias exteriores, la que se enseñaba de generación en generación y que en definitiva, es la base de mi cocina, yo le fui agregando ingredientes y elementos con los que consigo sabores nuevos, ampliando el abanico de posibilidades a la hora de comer, sino también preparándolas, experimentando y aprendiendo informándome de sus origenes . 
La cocina para mí, casi cada día es descubrir, es compartir y en gran medida disfrutar.
Cocinar no es sólo preparar un plato, para mi comienza desde que voy a comprar, sobre todo cuando acudo al malagueño mercado central, el histórico Mercado de Atarazanas, ése monumento que por su belleza atrae a tantos turistas, donde pasear, oler y ver los puestos (sobre todos los de pescadería), donde disfruto con los cinco sentidos.   Esa gran variedad de colores que invade el edificio, donde el olor a pescado fresco, a mar y a salitre, se confunde con el aroma de las especias y con el olor de las naranjas, limones y verduras del Valle del Guadalhorce, de la Axarquía y de los campos malagueños.   Los alimentos se cuelan en mi olfato y en mi imaginación sin quererlo y me hacen imaginar todo lo que puedo cocinar….
El bullicio de la gente, hablan, gritan, rien en su ir y venir o formando colas en los puestos abarrotados con sus productos…es como una gran obra de teatro donde me siento protagonista
El siguiente paso, llegar a mi cocina, preparar y cocinar…experimentar y probar; pero lo mejor, siempre, siempre acompañada por mi marido.  Él es el principal ingrediente para mis platos, la inspiración y motivación de mi cocina.
Ésta receta es una sugerencia suya, él me fue indicando los pasos a seguir, él limpió las peregrinas y me facilitó los ingredientes, sobre todo el que le dio cuerpo y sabor al plato, el whisky.
Resultó ser una receta exquisita, un plato muy aventurado donde el whisky de malta escocés, casó a la perfección con el marisco dando una combinación de gran complejidad y diversidad de sabores, a la vez suave, de un dulce ahumado, sedoso e intenso, a mar y a tierra….
Como dato anecdótico, he estado leyendo sobre ésta bebida, saber su origen, cuando y donde se destiló por primera vez y he llegado a la conclusión de que su origen es incierto, aunque se cree que ya los Celtas, sabían destilar la cebada y el centeno.   Ellos creían que ésta bebida era un regalo de sus Dioses; un “brebaje” que revivía a los muertos y calentaba durante los crudos inviernos. 
El término whisky o whiskey deriva del gaélico escocés "uisge beatha" y del gaélico irlandés "uisce beathadh", que significan «agua de vida».
El primer escrito recogido del whisky data de 1405 en  Irlanda, donde era destilado por los monjes y fue a principios del siglo XVI cuando fue restringida por la Casa Real Británica y prohibida por las autoridades escocesas a cualquier persona que no fuese barbero o cirujano, limitando su consumo al uso farmacológico; de hecho su fabricación estaba controlada por el colegio de Cirujanos de la capital escocesa.
Tradicionalmente se cree que el whisky llego a Escocia desde Irlanda. He llegado a saber que Se requiere por ley que el whisky escocés sea añejado por lo menos 3 años, pero debe serlo durante mucho más tiempo. Una buena regla es que un buen whisky ha sido añejado por lo menos 10 años. Después de 10 año, el whisky comienza a tomar sabor.

Siguiendo la intuición de mi marido y con un buen whisky de malta escocés no dudé ni un momento en utilizarlo en la cocina para potenciar el sabor de unas frescas y riquisimas peregrinas de la bahía malagueña.

¿Cómo las hice?

Dejar las peregrinas en agua con sal durante una hora más o menos, a fin de que suelte la posible arena que puedan traer en su interior.
Abrir las vieiras, agarrándola fuertemente con cuidado de que no resbale  e introducir un cuchillo pequeño de punta fina entre las dos valvas presionando para separarlas.
Raspar la concha honda retirando la carne, con cuidado de no romperla.
Lavar los medallones de carne y el coral (la media luna anaranjada), eliminando las barbas adheridas y que quede totalmente limpios de arena.  Reservar.
Lavar y guardar las conchas hondas para presentar el plato.
Cortar los medallones en varios trozos y dejar el coral entero, salpimentar al gusto.
En una sartén poner un trozo de mantequilla, una vez derretida echar los trozos de peregrinas incluidos los corales y saltearlas a fuego fuerte durante un minuto.
Echar un chorreón de whisky y dejarlo evaporar removiendo bien todo el conjunto.
Emplatar en su concha y consumir enseguida.

Consejos:
Aunque parte del aroma desaparece cuando se calienta el whisky, prefiero dejarlo evaporar a flambearlo, ya que la mezcla con la mantequilla queda exquisita.
Si en cambio prefieren hacer la receta flambeando el licor, pueden añadir unas gotas antes de servirlo para resaltar el aroma.

¡¡ Buen provecho !!