Exigiendo la perfección para evitar el problema de fondo
El disgusto por las cosas pequeñas suele ser simplemente un aviso de que algo no está bien. Y ese algo no necesariamente es esa pequeña cosa. Si mi pareja se olvida de los frutos secos, tengo varias opciones: puedo prescindir de los frutos secos por hoy. Puedo salir a comprarlos yo misma. Puedo pedirle que baje nuevamente para comprarlos. Nada de esto implica que tenga que enfadarme, a no ser que haya algo más.
Quizás me he levantado más tarde de lo que quería y durante todo el día me siento como si estuviera corriendo contra el reloj. Prescindir ahora de otra media hora solo para hacer las compras, es la gota que colma el vaso. O tal vez me molesta que mi pareja no le da la misma importancia que yo a la calidad de las compras. Después de haberme tragado durante semanas y semanas mis críticas, ahora los frutos secos se convierten en un atentado.
¿O tal vez simplemente me da miedo afrontar la cuestión de fondo?
Exigiendo perfección para camuflar la pereza
Sabes que los bancos están financiando todo tipo de cosas con tu dinero. No parece interesarse demasiado por ti, al fin y al cabo la especulación y el rescate aseguran las pagas extras de los altos funcionarios. También sabes que existe la banca ética que te puede ofrecer los mismos servicios que tu banco de toda la vida, y además te informa de lo que hace con tu dinero. Simplificando la cuestión, la pregunta es si quieres invertir en proyectos éticos y sostenibles, o en armas de racimo.
Pero la banca ética no es 100% perfecta. A lo mejor invierten en proyectos que te parecen demasiado alternativos. Quizás conoces proyectos buenos que no han conseguido financiación. O tal vez te disgusta su política a nivel de idiomas autónomos. Así que prefieres quedarte con tu banco de toda la vida. Aunque no te digan exactamente que hacen con tu dinero, tienes la tranquilidad de saber que la industria armamentística y muchos proyectos insostenibles se llevarán su parte.
¿O quizás simplemente te da pereza de hacer los trámites?
La vida del perfeccionismo: estancada y solitaria
La perfección suena tan bien. Suena motivador. Suena como un ideal alto. Resulta que la realidad no es tan perfecta. Si solo aceptas lo perfecto en tu vida, te quedarás solitaria y estancada. Solitaria porque no hay quién pueda cumplir con tus expectativas. Estancada porque lo perfecto nunca llegará y te quedarás esperando lo imposible. Déjate motivar por la perfección. Y cuando la encuentres, huye para disfrutar de la vida real.
¿Cuánta perfección le exiges a tu entorno?
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Imagen: epSOS.de / flickr