El peridoto es de las pocas piedras que se presentan en la naturaleza en un solo color, el verde. Sus matices de verde son consecuencia de la presencia del hierro en su composición. El peridoto más valorado será el que contenga un porcentaje de hierro menor al 15%. Esta piedra tiene un brillo vítreo, que cuando la luz se refleja en su superficie proyecta un resplandor aterciopelado y luminoso parecido a la esmeralda. Es un mineral blando muy sensible a los golpes y a los ácidos.
La piedra de peridoto pertenece a la familia de los silicatos; es la variedad de gema del olivino, un mineral que se encuentra en rocas ígneas como el basalto o las peridotitas y se forma a 400 km bajo tierra a una temperatura entre 800 y 1200ºC.
Una piedra conocida desde hace millones de años, siendo uno de sus principales yacimientos, la isla volcánica de Zabargad situada en el Mar Rojo; estos yacimientos fueron explotados por los egipcios desde el 3300 a.C, hasta el siglo XIX.
Como ocurrió con otras gemas, en el antiguo Egipto los peridotos eran utilizados como talismanes de buena suerte. Le llamaban “La esmeralda nocturna” porque no perdía su luminosidad verde en la oscuridad. Al peridoto se le menciona en la Biblia con el nombre en hebreo de “Pitdah”. Era una de las piedras con las cuales los Sumos sacerdotes adornaban su túnica frontal.
Esta gema llega a Europa Central en la alta edad media a través de los cruzados; se le llamaba “La piedra de los caballeros” y se utilizaba al principio, para adornar y enriquecer los objetos religiosos de las catedrales. Fue una de las piedras favoritas en la época barroca, que en muchas ocasiones se le confundió con la esmeralda; muchas esmeraldas de los tesoros reales de esa época resultaron ser esplendidos peridotos. Napoleón usó el peridoto para demostrar a la emperatriz Josefina su eterno amor y admiración.
Actualmente los yacimientos de peridotos más importantes se encuentran en Birmania y la mejor colección de peridotos la podemos en el Palacio Topkapi, (Turquía) donde entre otras maravillas se puede admirar los 954 peridotos que adornan el fabuloso trono de Bayram.
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