Personalidad atractiva y carismática

Por Psipositivo @Psi_Positivo

Dentro de la Psicología de la Atracción uno de los aspectos que más podemos trabajar es el optimizar nuestra propia personalidad atractiva, que es lo que vamos a hacer en este artículo.

Básicamente porque el tener una personalidad fuerte, carismática y atrayente depende de nosotros. Sí, hay ciertas características de personalidad heredadas, como la tendencia a ser más extravertidos o introvertidos, o el ser más emocionales o racionales.

Pero son exactamente eso, tendencias de comportamiento y podemos potenciar su parte buena y disminuir su influencia si alguna vez nos perjudica. Ser más alto no depende de nosotros... pero el tener un sentido del humor brillante y ágil sí, por ejemplo.

¿Qué es una personalidad atractiva y carismática?

¿Qué es una personalidad carismática? Aquella que provoca que las demás personas se sientan mejor con nosotros que sin nosotros, que las atrae y nos hace resultar como alguien más atractivo.

Esto es la consecuencia de otro hecho más importante aún: una persona carismática lo es porque está a gusto consigo mismo, en su propia piel.

Una persona carismática está a gusto con quien es, y hace sentir bien también a los demás

No hace cosas para atraer a los demás per se, si no porque está bien. Le gusta como es básicamente y no hay nadie que nos haga sentir más a gusto que alguien que está bien con su propio ser.

Recordemos además que en la mayor parte de casos cuando alguien tiene una discusión con nosotros, o no nos trata con respeto, raramente tiene que ver con nuestra persona, si no con sus propios problemas internos, con sus propios miedos.

Cuanto más carismático es alguien menos puntos negros internos posee, como regla general. Si quieres además profundizar más en este concepto, te recomiendo sin duda este manual: Carisma. Esa magia especial.

Primer paso para desarrollar una personalidad atractiva. Delante del espejo.

Bien, ¿cómo podemos lograr desarrollar esta personalidad carismática? Hay personas que parece que siempre han sido así.

Sin embargo, aunque alguien nos parezca que este es un rasgo heredado, se puede aprender a desarrollar el carisma, como cualquier otra habilidad. Retomaremos este tema en otro artículo. ¿Ahora bien, cómo empezamos?

El igual que para seguir una dieta nos pesamos o para comenzar un plan de ahorro vemos cuanto dinero tenemos, en nuestro caso comenzaremos por una evaluación sincera y realista de nosotros mismos.

Es decir, nos pondremos metafóricamente y literalmente delante del espejo. Pensaremos en cómo somos y comenzaremos por autoaceptarnos incondicionalmente.

No nos hará falta aquí la máscara o coraza protectora, estaremos nosotros mismos mirándonos y dedicándonos una mirada amable. ¿Ya nos hemos "visto" de verdad? Ahora podemos empezar el proceso de cambiar...

De la inseguridad a la seguridad.

Recuerdo en un pasado curso de Psicología de la Atracción a una de las alumnas con un problema bastante común. Ella comentaba que en situaciones sociales siempre se sentía muy nerviosa y por tanto atenazada, sintiendo la mirada de los demás sobre ella de una manera escrutadora.

Describía esa sensación, literalmente, " como si un enorme letrero luminoso estuviera sobre mi, fijando todos los demás su atención "...

Ella no tenía no remotamente ningún trastorno mental que provocara esa ilusión; simplemente ejemplifica cuan fuerte puede ser esa sensación de inseguridad delante del resto de personas.

La inseguridad es el resultado de preocuparse demasiado por lo que otros pensarán. A todos nos resulta importante el resto de personas, cómo nos perciben y el sentirnos queridos, respetados y valorados.

Sin embargo, este deseo legítimo no puede convertirse en una necesidad básica e imprescindible; hay algunas personas especializadas en criticar al resto y debemos estar preparados para cuando nos topemos con ellas.

Las personas que fácilmente desaprueban a los demás tienden a controlar consciente y constantemente todo lo que hacen o dicen, inhibiendo la espontaneidad tan típica de los individuos carismáticos.

Sobre la aceptación de uno mismo

Los demás te aceptarán cuando tú te aceptes a ti mismo. Trabajando con constancia el sentirnos bien con nosotros mismos, sólo entonces ganaremos confianza en lo que podemos hacer y nos sentiremos menos ansiosos por obtener la aceptación del otro.

Ya no te preocuparás por lo que puedan pensar de ti y podrás ser libre para concentrarte en otras personas, no exclusivamente en ti mismo. Cuando dediques toda tu atención a escuchar y comprender a los demás, comprobarás que su conducta experimenta un cambio notable.

Las personas que más nos interesan son aquellas que muestran interés por nosotros. Tu interés por los deseos y las necesidades de los demás favorecerá la creación de tu encanto personal: cuanto mejor conozcas lo que motiva a los otros, más fácilmente podrás atraerles y mantener esa atracción.

Aprendiendo a ser felices.

Adquirir la felicidad interior es un hábito que todos podemos cultivar. Cuando tu mente se rige por pensamientos positivos, te sientes bien contigo mismo y alegras la vida de los que te rodean. A pesar de que no siempre resulte deseable o razonable estar en el punto más alto de la escala de felicidad, es recomendable alcanzar las cercanías del mismo con frecuencia para recordar cómo es la auténtica felicidad y para que nos resulte más sencillo reproducirla en diferentes grados.

Al igual que un cantante explora y trabaja sus diferentes tonos de voz, una persona que busca la felicidad puede aprender, gracias a la experiencia y a la práctica, a alcanzar el punto más alto de la misma y obtener mejores resultados.

Y piensa que no hay nada que haga resultar más atractiva a una persona que este estado de felicidad, o su compromiso firme para alcanzarla.

Nunca podrás sentirte alegre si te concentras en pensamientos negativos, y la insatisfacción es muy difícil de producir cuando piensas positivamente. La baja moral de una persona, tan frecuente entre personas emocionalmente sanas, suele ser el resultado de un pensamiento negativo o pesimista.

Somos lo que pensamos durante todo el día. ¿Con qué llenas tu mente? Especialmente cuando no hay ninguna cuestión que requiera tu atención inmediata, ¿piensas en las facturas que tienes pendientes por pagar, lo insatisfecho que estás en tu vida social y te lamentas por tus errores?

¿O piensas en ese problema que has resulto hoy con éxito, en lo afortunado que eres por tener tu grupo de amigos o en nuevas cosas que te gustaría probar o aprender? Las consecuencias en nuestra personalidad están muy claras...

El lado negativo que todos tenemos es a priori más poderoso que el positivo por el tipo de sociedad en que vivimos y al principio tendrás que eliminar pensamientos negativos y reemplazarlos varias veces. Hay diferentes técnicas específicas para ello. Con el tiempo y la práctica de alimentarte con pensamientos positivos, conseguirás la costumbre de pensar positivamente y adquirir el hábito de sentirte feliz.

Es el compromiso con nuestro bienestar que cada cual debemos pactar con nosotros mismos