¡¡ Y no tienes abuela !! Con esta expresión irónica se censura a la persona que se alaba mucho a sí mismo y está tomada de la costumbre de las abuelas de elogiar desmedidamente a sus nietos.
Y es que las abuelas…esas dulces personas que tienen más de ángeles que de ser humano, que para sus nietos, esas personitas que suelen querer, según se les suele oír decir, a veces más que a sus propios hijos, tienen todo el tiempo del mundo, a quienes regalan mimos confitados, cariñosas y endulzadas palabras de amor.
Tanto quiere una abuela a sus nietos, que suelen sobrevalorarlos pensando y asegurando que son la perfección hecha persona.
Yo no tengo nietos….no es que pueda asegurar todo lo que descrito anteriormente, pero sí he tenido abuelas: mi abuela paterna, Antonia casi no la recuerdo, pero me consta que era dulce y cariñosa como ella sola; mi abuela Maria del Carmen Rosa (a quien Mi cocina le debe su nombre) era también una gran mujer, siempre a nuestro lado y que a mí personalmente me tenía un cariño muy especial (aunque tenía pasión por sus nietos).
Quizás, porque ya no están y no me pueden halagar cuando cocino, me lo suelo decir yo misma…¡¡ qué bien cocino….como no tengo abuela !! al mismo tiempo, que uno las yemas de mis dedos, los beso y me toco ambas mejillas…vamos que me beso yo sola.
Y mi marido se ríe con mis ocurrencias….porque, aunque no tengo abuela, he de reconocer que es muy agradecido, a su manera, me halaga degustando hasta dejar los platos impolutos e incluso “regalándome” los oídos diciéndome: ¡¡ está bueno !!
Pero a pesar de sus galantes palabras para mis platos, seguiré comentando: ¡¡ Y no tengo abuela ¡!. Haré como Juan Palomo: “Yo me lo guiso, yo me lo como”. Vamos que no necesito abuelas para “piropearme” por los resultados de mi cocina.
En ésta ocasión, mis palabras, diciéndome: qué bien cocino, mientras hacía las fotos de ésta receta, son las que me ha dado pie a la entrada de la receta de hoy.
Aunque he de reconocer que en definitiva, Mi cocina virtual sí tiene “abuelas” y “abuelos”…. quienes visitan mi blog, y tienen la amabilidad de comentar y piropear mis recetas. ¡¡ Gracias, gracias a todas !!
¿Cómo la hice?
Ingredientes (para dos personas): Cinco trozos de una pescada (el resto de la pescada que pesó 1,300 la dejé para la cena, frita con una ensalada de lechuga. La pescada es fresca, de pincho, comprada en el puesto de nuestro amigo Juani, en el Mercado de Atarazanas), un cuarto de almejas, seis langostinos, tres dientes de ajo, una ramita de perejil, medio vaso de vino blanco (usé un Fino La Ina), un huevo cocido, seis yemas de espárragos blancos, un puñadito de chicharos (guisantes) frescos (no congelados, aunque en su defecto puede servir), medio vaso de agua, sal y aceite de oliva virgen extra (a ser posible malagueño, en ésta ocasión de Riogordo, sin filtrar).
Los pasos a seguir:
Dejar las almejas sumergidas en agua con sal, a fin de que suelten la posible arena que puedan traer, mientras: Salar las rodajas de la pescada, pasarlas por harina y freírlas en una sartén con aceite muy caliente (con cuidado de que no se quemen y queden doraditas por ambos lados). Sacar y reservar. En una cazuela, echar el mismo aceite donde se ha frito el pescado (pasándolo por un colador). Cuando el aceite esté caliente agregar los ajos cortados en láminas, antes de que empiecen a dorar echar las almejas y los langostinos, dándoles la vuelta a éstos últimos para que se doren por ambos lados y por último el perejil picado.
Añadir los chicharos (al ser frescos y tiernos no necesitan mucha cochura), el vino y el agua…salar al gusto y llevar a ebullición durante unos diez minutos, colocando el pescado encima a media cocción para que se impregnen con el caldo.Retirar del fuego. A la hora de servir, colocar el huevo cocido y las puntitas de los espárragos..
¡¡ Buen provecho !!