Desde el comienzo del boom de los teléfonos inteligentes a mediados de la pasada década, la presencia de estos dispositivos en nuestras vidas no ha hecho más que crecer de manera exponencial.
51% de los habitantes del planeta son usuarios de teléfonos móviles, es decir, nada menos que 3.790 millones de personas. En cuanto al uso social del teléfono, un 42% accede a redes como Facebook, WhatsApp, Twitter o Instagram de manera habitual con el objeto de relacionarse con otros.
El diccionario australiano Macquiarie introdujo en 2012 la palabra PHUBBING , combinación de las palabras phone (teléfono) y snubbing (hacer un desprecio), para hacer referencia al hecho de ignorar a alguien al estar prestando atención al teléfono móvil en lugar de hablar con esa persona cara a cara.
Este comportamiento, ciertamente nocivo en cualquier interacción social, se está convirtiendo en algo común. Varot Chotpitayasunondh y Karen Douglas (2016), investigadores de la Universidad de Kent, exploraron las causas psicológicas y las consecuencias de este comportamiento.
Los participantes del estudio visualizaron una animación de tres minutos, en la que se imaginaban a sí mismos como parte de una conversación en la que el otro participante a veces jugaba con el teléfono o a veces no. Como era de prever, a mayor actividad de phubbing, mayor percepción de una baja calidad en la comunicación. Los sentimientos que aparecían incluían menor sensación de pertenencia y confort dentro de la relación.
Las actividades de phubbing son una clara manifestación de una conducta adictiva, asociada generalmente a pobre control de los impulsos. El autocontrol es una variable predictora respecto a la posibilidad de desarrollar un uso abusivo del smartphone, otro factor importante fue la anisedad por quedarse descolgado de los eventos, sucesos y conversaciones.
El phubbing, dicen los autores, se está convirtiendo en algo incorporado a las prácticas sociales aceptadas.
Alrededor del 70% de los participantes en un estudio sobre la influencia de las tecnologías en las relaciones de pareja realizado por McDaniel, Brandon y Coyne (2016) , afirmaron que los ordenadores o los smartphones interferían de alguna manera en su convivencia. A mayor frecuencia de interferencia de las tecnologías, mayor repercusión en su bienestar y menos satisfacción con la relación).
Así, el phubbing no se reduce a encuentros esporádicos entre amigos, compañeros de trabajo o de clase, etc. sino que puede afectar directamente a la estructura de nuestras relaciones más íntimas y tener cierta influencia sobre nuestra calidad de vida.
Si eres un “phubber” crónico, crear y seguir algunas reglas de uso de la tecnología, como por ejemplo, poner tu celular en modo avión mientras comes, puede ayudarte a generar nuevos hábitos. Otras practicas basadas en la meditación y el mindfulness, permiten reducir los niveles de ansiedad y mejorar la capacidad de concentración en el aquí y ahora.
Para el compañero que sufre el ser ignorado por su pareja, trabajar en la idea de ser paciente y entender que el problema del otro pasa por tratar de no “quedarse afuera”, brindar una charla centrada en la vida real más que en el seguimiento de “noticias ” acerca de vidas ajenas y negociar rutinas de convivencia es un primer y generalmente efectivo, paso hacia una relación más sana con la tecnología.-