Como muchos de ustedes soy un defensor de la musicoterapia. Me parece que es uno de los recursos más potentes que tenemos a mano para mantener el equilibrio en nuestras vidas. La música es un elemento cotidiano que solemos respetar poco. Suele estar en segundo plano, como ruido de fondo, en desplazamientos de automovil o transporte público, en el trabajo, en casa... Alguna vez nos permitimos oírla en directo y todos sabemos que eso es otra cosa. Nos llega mucho más, nos hace vibrar de una forma más fuerte.
Ayer pude asistir a un concierto de la joven Ariadna Castellanos en una gala donde presentaba su nuevo disco Flamenco en Black and White producido por Javier Limón. Dirigía su banda al timón de su piano flamenco y ofreció un recital elegante haciendo gala de una gran calidad técnica y una buena dirección artística. El resto del grupo estuvo a la altura, en especial el vocalista/saxofonista.
Salir de casa para escuchar música es un privilegio que les recomiendo. La entrada me costó 6 euros, más barato que un cine. La cultura de calidad no tiene porqué ser cara.