La piel con rosácea es una piel especialmente compleja. Y por ello, uno de los mayores retos de la estética
La rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel. Afecta aproximadamente a más de 40 millones de personas en todo el mundo. El problema se centra en los vasos sanguíneos y también en las unidades polisebáceas de la piel. Se dice que la rosácea es una enfermedad multifactorial (es decir: muchos factores influyen en su aparición y empeoramiento/mejora). Y es que, las causas de su aparición no se conocen completamente. Sin embargo, en la piel con rosácea intervienen en ella factores vasculares, nerviosos e inflamatorios.
Así es la piel con rosácea
Las lesiones típicas de la rosácea se presentan, sobre todo, en la frente, la nariz, las mejillas o el mentón. En muy pocos casos suelen extenderse a cuello o escote. Estas lesiones se caracterizan por el enrojecimiento y las pequeñas dilataciones vasculares, así como por la aparición de granos rojos, pústulas o inflamaciones.
¿Cómo se presenta la rosácea?
Generalmente, la piel con rosácea tiene períodos intermitentes de actividad. Es frecuente que, cuando existe un brote, se note ardor e la zona del rostro o que se produzcan descamaciones e inflamación.
¿Qué factores influyen?
Para la piel con rosácea influyen factores como la luz solar, el frío, el viento, el alcohol o el estrés. También hay unos tipos concretos de ácaros que suelen afectar e incrementar la rosácea.
¿Cómo se combate?
Lo primero que debes tener claro es que para combatir la rosácea es importante que acudas a un dermatólogo, que te diagnostique de forma acorde. Él podrá asesorarte sobre el tratamiento a seguir, y sólo cuando sea posible y bueno para tu piel, podrá asesorarte para que acudas a tu esteticista de confianza. Después debes tener en cuenta algunas recomendaciones, como por ejemplo:
- No exponerse al sol y usar protección de amplio experto.
- Utilizar jabones suaves y 100% naturales.
- Evitar el agua excesivamente caliente o los baños de vapor.
- Evitar peelings o exfoliantes, así como frotar la piel con esponjas o cepillos.
- No usar cosméticos que contengan alcohol o fragancias, o que sean astringentes. Los mejores cosméticos para este tipo de piel son los especiales para piel sensible.
- No utilizar cremas con corticordes, que inicialmente pueden parecer una solución, pero que al retirarlos pueden empeorar la situación.