Aunque nos cueste un poquito más asociarlo, el tabaco también afecta a nuestro corazón y a nuestras arterias, aumentando el riesgo de sufrir un evento cardíaco como lo es el infarto.
Pero lo que no se suele tener en cuenta es la piel, ese órgano que nos rodea, protege y que estéticamente tiene tanta importancia en nuestra sociedad.
Se han llevado a cabo muchos estudios en relación con este tema y en todos se ha visto un envejecimiento prematuro de la piel asociado al consumo de tabaco.
Los radicales libres que aparecen en nuestro cuerpo debido al tabaco, provocan daños a lo largo del tiempo sobre todo nuestro cuerpo, en especial la piel. Nuestra sangre pierde su capacidad reductora de estos efectos y poco a poco perdemos la juventud que nos pertenecería.
Desde la sociedad española de medicina estética se anuncia que el hecho de fumar durante diez años envejece nuestra piel 2 años y medio más de lo debido.
Aunque esta no debería de ser la principal razón por la cual dejar de fumar, cualquiera es buena si se consigue este objetivo, con lo que en lugar de comprar cremas para evitar la aparición de los efectos de la edad, si eres fumador o fumadora, sería más rentable para tu salud y para tu bolsillo dejar de fumar.
Si quieres más información te recomiendo que leas este documento de la sociedad española de medicina estética donde se trata este tema en profundidad.
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