Sentir las piernas cansadas, adoloridas, inflamadas y hasta más pesadas de lo normal es un síntoma bastante común que puede estar asociado o no a afecciones de la salud. Vestir ropa muy ajustada, llevar una alimentación rica en grasas, no hacer ningún tipo de actividad física, el calor, estar muchas horas de pie e incluso no hidratarse correctamente son algunos de los factores que pueden desencadenar piernas cansadas, malestar que puede estar acompañado de calambres en la extremidades, hormigueo, entumecimiento e inflamación de los tobillos.
Experimentar piernas cansadas puede ocurrirnos a todos alguna vez, sin embargo, cuando este síntoma se convierte en una molestia constante resulta importante chequear nuestra salud para encontrar una causa que justifique dicha condición. ¿Cómo podemos mitigar las piernas cansadas? ¿Es posible combatir este malestar de forma definitiva?
Si deseas encontrar una respuesta a las interrogantes anteriores te invitamos a leer detenidamente este artículo de eSalud sobre las piernas cansadas: causas y soluciones.
¿Por qué tengo las piernas cansadas?
Esta es una de las preguntas más frecuentes que se hacen las personas cuando sus piernas se sienten tan pesadas que dar un par de pasos se convierte en una tarea molesta y dolorosa. En la mayoría de los casos las piernas cansadas afectan más a las mujeres que a los hombres y son consecuencia de algún problema circulatorio que está causando la inflamación de las venas debido a que la sangre no retorna correctamente desde las extremidades hasta el corazón. También puede ocurrir que una persona tenga las piernas cansadas debido a la retención de líquido producto de alguna enfermedad renal o de una alimentación rica en sodio. Pero, ¿qué condiciones pueden alterar nuestra circulación o hacernos padecer una retención de líquidos? Muchas. Por esta razón es preferible abordar detalladamente cada una de las posibles causas de las piernas cansadas: conócelas a continuación.
Causas de las piernas cansadas
Insuficiencia venosa
La sangre que sale del corazón a través de las arterias y recorre todo el cuerpo hasta las extremidades, para luego retornar nuevamente al músculo a través de las venas, es decir, las válvulas que contienen las venas de las piernas mantienen constantemente la sangre fluyendo hacia el corazón. Sin embargo, cuando las paredes de las venas se debilitan y las válvulas de las mismas se dañan, las venas permanecen mayor tiempo llenas de sangre, sobre todo cuando la persona está mucho tiempo de pie. A esta condición se le conoce como insuficiencia venosa y es una de las principales causas de las piernas cansadas.
La insuficiencia venosa puede ser crónica y por lo general es causada debido a la obesidad, antecedentes familiares, ser mujer, estar embarazada, ser demasiado alto o sufrir de trombosis en el pasado. Los síntomas de la insuficiencia venosa son: dolor intenso, comezón en las piernas, hormigueo, dolor al estar de pie, varices, inflamación de las extremidades, piernas cansadas y engrosamiento de la piel. Perder peso, hacer ejercicio, evitar estar mucho tiempo sentado en una posición y usar medias de compresión son acciones de gran ayuda para mejorar la insuficiencia venosa y prevenir la manifestación de sus síntomas.
Trastornos hormonales
Solemos pensar que somos capaces de controlar nuestro cuerpo hasta que atravesamos un desbalance hormonal. Las hormonas son sustancias que cumplen funciones vitales en todos los procesos del organismo y regulan absolutamente todo lo que sucede en nuestro cuerpo. Por lo tanto, cualquier cambio en la producción hormonal puede convertirse en una verdadera pesadilla para la salud. Muestra de ello es el síndrome premenstrual que afecta a todas las mujeres en edad fértil una vez al mes y que representa la segunda causa de piernas cansadas que abordaremos en este artículo.
Días previos a la llegada de la menstruación la mujer se encuentra atravesando por una serie de cambios en su cuerpo que suelen causar alteración en la producción de hormonas femeninas y retención de líquidos, una combinación letal. La retención de líquidos que se experimenta durante el síndrome premenstrual suele ser mayor a la habitual y desencadena esa sensación de pesadez en las piernas que puede, o no, irradiar dolor desde las caderas hasta los muslos. Tomar abundante agua los días previos a la llegada del período es de gran ayuda para prevenir el dolor de las piernas cansadas durante la menstruación.
El embarazo es otro de los momentos de la vida en que las hormonas se alborotan y suelen causar afecciones como las piernas cansadas. Cuando la mujer está embarazada el útero se comprime, lo cual estimula la circulación de mayor cantidad de sangre en las venas de las extremidades, lo cual causa la inflamación del sistema venoso, retención de líquidos, dolor, ardor, comezón e inflamación de los pies y tobillos. Si estás embarazada y tienes las piernas cansadas es importante que consultes con tu médico cuáles opciones pueden ser útiles para mejorar tu condición.
Estilo de vida poco saludable
Para nadie es secreto que mantener una alimentación rica en azúcares y grasas junto con una vida sedentaria resulta una bomba de tiempo para la salud del cuerpo. Comencemos explicando por qué la alimentación poco saludable puede afectar nuestro sistema circulatorio: el consumo en exceso de bebidas alcohólicas y carbonatadas, grasas, azúcar, harinas, embutidos, frituras, comida rápida, etc, aumenta en el cuerpo la concentración de colesterol en la sangre. Cuando dicha sustancia abunda en la sangre comienza a concentrarse en las arterias hasta causar su estrechez, lo cual impide el correcto tránsito del flujo sanguíneo en el organismo.
El colesterol puede disminuirse con una dieta saludable y actividad física, y el ejercicio, además, puede ayudar a mejorar la circulación de la sangre considerablemente. Si se obvia la importancia de comer saludable y ejercitarse comienzan a aparecer señales de deterioro vascular como las piernas cansadas, por esta razón es primordial aumentar la ingesta de vegetales, cocinar los alimentos a la plancha o al vapor, evitar el consumo de grasas saturadas, disminuir la ingesta de azúcar, tomar abundante agua, comer carnes magras, bajar de peso y, por supuesto, caminar al menos 30 minutos todos los días.
El sobrepeso también es una de las principales causas de las piernas cansadas. Como mencionamos anteriormente, la alimentación juega un papel fundamental en la salud de todo el organismo y en el caso de las personas con sobrepeso hay que añadir un factor extra: mientras más peso sostengan las piernas más difícil resultará que la sangre regrese con facilidad hacia el corazón. Por lo tanto, si tienes sobrepeso es importante que te plantees asistir a un nutricionista para que te enseñe a comer de forma saludable y te sugiera un plan de actividad física según tus capacidades.
Piernas cansadas por medicamentos
Algunos medicamentos pueden causar piernas cansadas como efecto secundario. Por lo general, los fármacos que más se asocian a este tipo de malestar son los antihipertensivos, antidepresivos, antiinflamatorios y las pastillas anticonceptivas. Si sientes las piernas cansadas y estás tomando alguno de estos medicamentos te recomendamos que consultes con tu médico qué opciones tienes para evitar dicho malestar sin interrumpir tu tratamiento.
Soluciones para las piernas cansadas
Tienes piernas cansadas y no sabes qué hacer para detener el dolor y recuperar tu movilidad habitual sin sentirte tan pesado, tranquilo, afortunadamente existen algunas soluciones que pueden ayudarte a mejorar el malestar, sin embargo, es importante que pidas una cita con tu médico de cabecera para descartar que esta condición no esté causada por una enfermedad o complicación vascular. Recuerda que los síntomas pueden mejorar, pero siempre será vital cumplir el tratamiento adecuado para cada afección.
- Una excelente solución para prevenir el malestar de las piernas cansadas es evitar estar sentado o de pie durante muchas horas seguidas. Por lo tanto, durante el día, no importa si estás en casa o en la oficina, mueve tus piernas de posición cada una y hora y realiza una caminata corta cada 120 minutos. Esto ayudará a que tu sangre circule y no se concentre en tus venas, por lo tanto, impedirá que sientas las piernas cansadas y todo el malestar que esto sugiere.
- La hidratación es vital para promover la buena circulación en todo nuestro organismo. Recuerda que lo ideal es tomar 2 litros de agua al día.
- Realiza alguna actividad física que sea de tu agrado para estimular un correcto flujo sanguíneo desde tus piernas hasta el corazón. Caminar, trotar, bailar, correr, montar bici, las opciones son infinitas. La natación es un deporte que sirve de gran ayuda para mejorar la circulación de las piernas.
- Al llegar a casa después de un largo día acuéstate en la cama y coloca tus piernas en alto, esto permitirá que la sangre de las extremidades fluya más fácil hacia el corazón. Permanece en dicha posición al menos 20 minutos.
- Otra solución para las piernas cansadas es darte un masaje con aceite esencial de lavanda. La lavanda tiene propiedades antiinflamatorias y si masajeas tu pies de abajo hacia arriba durante 20 minutos ayudarás a conducir el flujo sanguíneo y sentirás alivio.
Tratamiento para las piernas cansadas
El tratamiento médico para las piernas cansadas dependerá de la causa de dicha condición. Sin embargo, a continuación compartimos contigo cuáles son los procedimientos más comunes para mejorar esta afección cuando es producto de la insuficiencia venosa. Es importante que sepas que la insuficiencia venosa no tiene cura definitiva, el tratamiento consiste en aliviar los síntomas o mejorar las venas afectadas, pero el problema circulatorio es permanente. Algunas formas de tratar las venas dilatadas son:
- Ablación: este procedimiento ofrece destruir progresivamente la vena afectada a través del calor.
- Escleroterapia: este tratamiento es uno de los más usados para mejorar las varices. Consiste en inyectar solución salina e la vena afectada para endurecerla y desaparecerla.
- Microfeblectomía: consiste en realizar pequeñas incisiones en la pierna para extraer una vena inflamada. El procedimiento no es invasivo y se recomienda únicamente para mejorar el estado de venas muy grandes.
- Angioplastia: este tratamiento es mucho más complicado y tiene como fin destapar una vena con exceso de sangre. La vena afectada se abre y se ensancha con la ayuda de una especie de globo para estimular la circulación del flujo sanguíneo. Por último se introduce una malla metálica dentro de la vena para prevenir que se obstruya nuevamente.
- Derivación: es una cirugía que busca restituir el flujo sanguíneo e una o varias venas afectadas.