Ya sabeis que en mi casa de alquiler hay un problema de luz importante, esta casa se construyó en los 80, y debe ser que el metro de ventana era carísimo, así que las ventanas son pequeñas y entra poca luz.
En la entrada, al margen del espejo empotrado, que no fue bonito ni en los ochenta y que conseguí tapar así:cómo cubrir un espejo francamente feo , había que hacer algo con la puerta de la entrada, que tenía un color muy oscuro, y encima con el tinte mal dado, con manchurrones en algún que otro punto y encima distinta de color al resto de molduras y maderas (también oscuras) del zócalo (que conseguí cubrir con vinilo blanco), puerta de la cocina y armario (también de espejo).
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Llevaba tiempo pensando qué hacer con esta puerta que veo tooodos los días, y no se a vosotros pero a mí ver algo feo me estropea el karma, así que me lancé:
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Empecé con chalk paint de color blanco, por aquello de no tener que lijar ni eliminar el tinte anterior y conseguir un resultado uniforme.
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Para conseguir que este tipo de pintura quede lisa y no rugosa, rebajé la pintura con una proporción de 1/4 parte de agua y 3/4 partes de chalk paint, y la apliqué con rodillo, salvo la zona de las molduras, el rodillo no llegaba a todos los recovecos, así que en estas zonas utilicé una brocha.
Paso previo importante: limpiar bien la puerta con amoniaco, para quitar cualquier posible porquería que haya incrustada, especialmente en las molduras.
Lo único a lo que hay que estar atento es a hacer primero las molduras, centrarse en zonas pequeñas y observar bien para que no queden goterones al aplicarla, ya que no hemos quitado la puerta y hemos pintado en vertical.
Bien, os diré que cuando llevaba 4 capas de chalk paint la puerta estaba bonita, mejor que antes, pero tenía un toque vintage, se quedaba engrisecida, transparentaba el color de la puerta anterior y se veía claramente que había zonas más oscuras que otras, a la quinta capa, ya desesperé, porque no mejoraba.
Como última alternativa cogí el bote de pintura acrílica mate blanca, la básica, la de toda la vida, y con eso os prometo que con una sola capa quedó terminada.
Conclusión: La pintura a la tiza, con su contenido en yeso agarra bien en cualquier superficie, cosa que no habría conseguido hacer sin lijar de haber usado sólo acrílico, al tener ya varias capas de chalk paint la pintura acrílica agarra perfectamente, y su acabado es perfectamente liso, algo satinado, como si hubiese lacado la puerta, sinceramente ha quedado perfecta.
Y a mí me ha mejorado el karma muchísimo, ya no veo la puerta!!!
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