Piscinas ecológicas

Por Sanchezdi

Hemos descubierto una auténtica maravilla para los exteriores: las piscinas ecológicas.

Las piscinas tradicionales requieren de una serie de tratamientos a base de químicos para mantener el agua en buen estado y que podamos utilizarlas. Pues bien, principalmente en esto se diferencian las piscinas ecológicas, en que no requieres de estos tratamientos que, al fin y al cabo, resultan dañinos para nuestra salud y también para el medio ambiente; en las piscinas ecológicas, el sistema de depuración del agua se realiza de una forma totalmente natural a través de algunas plantas. 

Se trata de una mezcla entre estanque y piscina que no sólo resulta muy atractiva a nivel visual, sino que además resulta enriquecedora para cualquier jardín. Y es que, con una piscina ecológica, no sólo posees un lugar especial en el que refrescarte, relajarte y desconectar, sino que con ella creas todo un ecosistema que alberga y atrae vida. Y al contar con un sistema de depuración totalmente natural y exento de químicos, evitarás problemas en la piel, los ojos rojos, etc.

Este tipo de piscinas cuenta con dos zonas: una dedicada al baño, con mayor profundidad, y una exterior en la que se encuentran las plantas acuáticas.
El secreto está en la regulación biológica que se encargan de proporcionar las plantas acuáticas. Y es que, al provocar éstas el rápido crecimiento de microorganismos que eliminan las bacterias, es posible contar con una piscina totalmente natural y limpia. Aunque, lo cierto es que para ello es fundamental un conocimiento entre el agua, la flora y la fauna, ya que resulta imprescindible garantizar la aparición de los microorganismos necesarios para mantener el equilibrio del agua.

Existen diversas tipologías de estas piscinas naturales y ecológicas; sin embargo, la más extendida es la que cuenta, aproximadamente, con un tercio de su superficie destinada a la zona de regeneración, las plantas. Además, suelen incluir una bomba de agua que permita la circulación del agua hasta esa zona de regeneración, ya que ello ayuda a que el agua se mantenga más clara y evita la aparición de sedimentos en el fondo de la piscina.

Parece que las piscinas naturales no son algo totalmente nuevo; de hecho, en países como Australia, Italia o Alemania, disfrutan de ellas hace ya algún tiempo. A España ha tardado algo más en llegar esta tendencia, pero viene pisando fuerte… Y no es de extrañar, ya que el encanto y la belleza de estas piscinas es muy particular; permiten proteger la salud y también el medio ambiente al no precisar de químicos; los costes de mantenimiento son mucho más bajos que los de cualquier piscina natural, suponen un valor añadido a cualquier jardín, ya que permiten imitar a la naturaleza, ya que además de las plantas es posible incorporar piedras, rocas, etc.; y sin duda, se trata de un espacio ideal para los amantes de la naturaleza.

Es posible adaptar cualquier piscina tradicional, con algunos pequeños cambios, y convertirla en una piscina ecológica. El tamaño de la misma no importa.
Aunque no es recomendable introducir peces, en una primera fase, se podría hacer con el objetivo de ayudar en el proceso de regeneración.
También conviene tener en cuenta que es posible que en una piscina ecológica aparezcan ranas, pero se quedarán siempre en la zona de regeneración, donde están las plantas, y su presencia ayudará a prevenir la aparición de larvas y mosquitos.
Una piscina ecológica se llena una sola vez, pero hay que tener presente que será necesario realizar aportes de agua que compensen la pérdida por evaporación. Y el fondo habrá que limpiarlo aproximadamente una vez al año.
Hay que tener también en cuenta que al tratarse de un ecosistema, el control sobre el agua no es tan exacto, por lo que puede que no sea clara desde un principio, pero unos filtros especiales y la cantidad y especies apropiadas de plantas permitirán conseguir un agua totalmente cristalina.