Barcelona. Barrio Gótico. Calle Cardenal Casañas… Allí, en medio de un barrio con tanta historia como encanto, se encuentra situado nuestro protagonista, un antiguo piso rehabilitado y reconvertido en una vivienda actual, moderna, pero con reminiscencias del pasado.
Asumir la reforma de un antiguo piso no es tarea sencilla ni que se pueda tomar a la ligera. En ningún caso; tampoco en el que nos ocupa, ideado por el interiorista Mikel Irastorza y hoy en manos del grupo inmobiliario Avenir. De hecho, el trabajo, tanto de diseño como de rehabilitación, ha sido intenso… Y es que de un viejo piso totalmente compartimentado y dividido por altas paredes que fueron testigo de décadas, se ha obtenido una moderna, amplia, luminosa y diáfana casa, adaptada totalmente a las necesidades de una vida cosmopolita.
Se han tirado las antiguas paredes casi en ruinas para dar protagonismo al espacio y a la luz. A las que han quedado en pie, se las ha saneado rebuscando entre capas y capas de revestimientos hasta dar con la verdadera esencia de una casa de esta época.
En lo que al espacio se refiere, se han rescatado detalles como las antiguas vigas de madera (en el techo); y se han combinado de forma magistral estilos antiguos como la loseta hidráulica modernista en blanco y negro o la cerámica refractaria de procedencia centro-europea en la chimenea con elementos y propuestas más modernas como el mobiliario o la iluminación.
Irastorza, además de una sutil sofisticación, exhibe en esta obra un auténtico festival de materiales, texturas y colores. Delicados tapices y alfombras con diferentes diseños, tonos y estilos delimitan algunas zonas de la casa; la calidez de la madera combinada con azulejos con diversos estampados y colores crean un tándem perfecto; las blancas paredes son un lienzo ideal sobre el que se han combinado infinidad de textiles con diversos estampados, un sinfín de texturas y más color; y como broche a una decoración que fusiona elementos modernos con otros más antiguos y clásicos, pequeños elementos decorativos únicos, artísticos, especiales, rescatados de todo tipo de mercadillos y tiendas, combinados entre sí haciendo que encajen como si de un puzzle se tratara.
Esta es, sin duda, una casa única que permite vivir a mitad de camino entre ayer y hoy sin renunciar a las necesidades y comodidades que la frenética vida en una gran ciudad exige. Una casa con estilo, pero diferente; cálida, con carácter, con personalidad y mucho encanto.