Pitiriasis versicolor

Por Gabriel Giner @esaludcom

La pitiriasis versicolor, también conocida de forma incorrecta como tinea versicolor, es una infección cutánea producida por un hongo que vive habitualmente en la piel. Este hongo cuando se transforma en patógeno, invade las capas más superficiales de la epidermis sin producir alteraciones patológicas inflamatorias ni inmunológicas.

Causas de la pitiriasis versicolor

Es producida por un hongo llamado Malassezia Furfur, que es la forma patógena de una levadura que está habitualmente en la piel llamada Pityrosporum ovale. Este hongo habita en las áreas seborreicas de la piel, lo que lo hace excepcional antes de la pubertad (ya que en esta etapa no existe secrección sebácea).

La existencia de zonas de la piel con secrección sebácea favorece el desarrollo del hongo, que pasa de su forma saprofítica (levadura) a la patógena (miceliar). A este fenómeno contribuyen factores locales como la humedad, hiperhidrosis, seborrea, empleo de corticoides tópicos y de cremas grasas; y factores generales como la diabetes, tratamiento con corticoides, antibióticos o inmunosupresores.

Su mayor incidencia es en verano y primavera. Afecta a adultos jóvenes y es excepcional en niños.

Síntomas de la pitiriasis versicolor

Se caracteriza por las presencia de manchas en la piel unas veces de color castaño y otras veces acrómicas( falta la coloración normal de la piel), de bordes bien delimitados, que pueden ser aisladas o confluentes y dan un aspecto de mapa a la piel. Estas manchas presentan una fina descamación que se puede demostrar al raspar con la uña. Se localizan principalmente en tronco y cuello. Ocasionalmente producen picor.

¿Cómo se diagnostica?

Se hace el diagnóstico por la clínica, que es típica, y por el signo de la uñada que consiste en que al raspar con la uña sobre manchas se descama la piel.

En caso de duda se pueden utilizar otras dos técnicas:

  • Iluminación de las lesiones con luz de Wood que demuestra una fluorescencia rosada de las lesiones.
  • Realizar un examen directo de escamas de piel obtenidas con papel de celo y teñidas con tinta de pluma estilográfica. Si tienen carácter patógeno se observará la presencia de formas patógenas.

Los cultivos son de poco valor diagnóstico, ya que son constituyentes de la flora normal de la piel.

Es importante diferenciarla de otras enfermedades como el vitíligo, pitiriasis rosada o dermitis seborreica con afectación del tronco.

Tratamiento de la pitiriasis versicolor

Debido a que no es un proceso contagioso, resulta innecesario tomar medidas encaminadas a prevenir su posible contagio a otras personas..

Las medidas terapéuticas actuales son de gran utilidad, siendo preferibles la utilización de tratamientos locales, que deben aplicarse por todo el tronco y extremidades superiores durante 10-15 días seguidos de una semana de descanso y volviendo a repetir.

Estos tratamientos locales son:

Queratolíticos y antiseborreicos, para evitar que el hongo se siga desarrollando.

Los más usados son:

  • Hiposulfito sódico al 20% – Propilenglicol al 50%.
  • Sulfuro de selenio.

Antimicóticos: Derivados imidazolicos; terbinafina; griseofulvina; ciclopiroxolamina.

Además se pueden utilizar antimicóticos por vía oral en situaciones en las que el tratamiento local es insuficiente o porque el paciente lo solicite por encontrarlo más cómodo. Los dos más utilizados son el ketoconazol e itraconazol; éste último preferiblemente por tener menos efectos secundarios.

A pesar de la curación hay que advertir a los pacientes que después del proceso quedarán manchas acrómicas, sin signo de la uñada, que se consideran elementos residuales que desaparecerán de forma espontánea.

Se debe acudir al médico ante la aparición de manchas, castañas o blanquecinas, con descamación de la piel al raspar con la uña, sobretodo si ya ha tenido algún episodio.