Plantas nómadas

Por Jon Marín

Gilberto Esparza, artista mejicano, presenta las plantas nómadas, unos robots biotecnológicos que convierten agua contaminada en energía. Esparza reflexiona sobre la problemática que rodea el aprovisionamiento de energía a nivel global, y las consecuencias que comporta el hecho de depender de un sistema basado prácticamente en una sola fuente de energía –el petróleo–, que subordina las economías más débiles delante de un pequeño núcleo de poder, con consecuencias desastrosas para el planeta en términos sociales y ambientales.


El proyecto plantas nómadas representa una metáfora de la condición humana ajena al impacto que genera su actividad sobre la naturaleza. Al mismo tiempo, busca generar reflexiones críticas sobre la ambigüedad de la fuerza que retiene la tecnología: como herramienta de poder o por su potencial de transformar el mundo en otros mundos mejores.


Colaborando con científicos de diversas disciplinas, Esparza ha conseguido un sistema energético de celdas de combustión microbiana, donde unas bacterias transforman agua contaminada en energía que utiliza el robot para poder desplazarse y realizar sus actividades. Por otro lado, gracias a una membrana de intercambio proteico, el hidrógeno generado entra en contacto con el oxígeno y se convierte en agua limpia. El artefacto consta de 12 patas que permiten que el robot se desplace por todo tipo de terrenos. Gracias a unos sensores ultrasónicos inspirados en el sistema de orientación de los murciélagos, puede identificar los obstáculos y avanzar sin problemas.


Hasta el 7 de junio, se puede ver el robot biotecnológico en el Labora Centro de Arte de Gijón. En septiembre se presentará en el Centro Parraga de Murcia, donde podrá verse en acción.

Texto de Mireia Puig
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