Affluenza es una neologismo resultado de una composición de “affluence”, riqueza, e “influenza”, gripe, en inglés
Hace un par de años, en el estado de Texas, Estados Unidos, Ethan Couch, un zangolotino de 16 años de edad, atropelló cuatro personas con su coche intencionalmente, sin selección previa, borracho y habiendo consumido un tranquilizante mayor. Gracias a una habilidosa defensa, ni siquiera tiene que ir a la cárcel por ello, ya que un juez decidió que los argumentos de los abogados defensores tenían razón y la riqueza (o el mal uso de ella) es una enfermedad mental, descrita–más o menos–por Hamilton y Denniss(*).
El debate sobre la responsabilidad de los delitos y su substrato psiquiátrico y, en especial, cuando se trata de menores, puede extenderse notablemente. La diversidad de los sistemas judiciales y dentro de ellos, los criterios de aplicación de los códigos y leyes, alejan estas cuestiones de la práctica diaria de quienes nos ocupamos de los niños, su salud y sus derechos.
Hace ya seis años, y por estas misma fechas, nos ocupábamos de estos aspectos de las conductas infantiles haciéndonos eco de un estudio clasificatorio de modelos familiares (https://pedsocial.wordpress.com/2010/01/10/familias-modelos-educativos-y-conflictividad-pobre-nino-rico/). Todavía mantiene su vigencia en cuanto sitúa las conductas infantiles en el seno de diferentes modelos familiares y la responsabilidad de la estructura familiar en la educación de los hijos. Como se menciona, tal no es un gran descubrimiento, en la linea de las casta de los galgos o las astillas de los palos del refranero castellano. Pero puede hacernos reflexionar y concentrar la atención en lo que rodea a los niños.
X. Allué (Editor)
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- Clive Hamilton; Richard Denniss (2005). . Allen & Unwin. ISBN 978-1-74115-624-9.