http://www.elsevier.es/revistas/ctl_servlet?_f=7064&ip=83.46.149.128&articuloid=13184265&revistaid=37,
y Desigualdades sociales en la salud mental infantil en Cataluña
http://www.elsevier.es/revistas/ctl_servlet?_f=7064&ip=88.12.91.136&articuloid=13184264&revistaid=37
Las desigualdades sociales se traducen en una mayor incidencia de obesidad y una peor salud mental. No es que sea realmente un descubrimiento porque las desgracias nunca vienen solas, pero ahí hay dos estudios que le ponen números y evidencia al problema.
En mi criterio la prioridad en la solución de estos problemas que van adquiriendo carácter epidémico está secuencialmente en la misma dirección: si se resuelve el problema de la pobreza es más fácil ofrecer soluciones a los otros problemas.
Pero no podemos decir los pediatras que, como es un problema socioeconómico, nosotros poco podemos hacer. Los pediatras tenemos el deber del diagnóstico: el diagnóstico de la pobreza lo mismo que el diagnóstico de la obesidad o de los trastornos mentales. Y la obligación de referir a los pacientes a las agencias o servicios que les puedan prestar asistencia. Igual que mandamos un niño al traumatólogo porque tiene una fractura y nosotros no sabemos componerla, debemos remitir los niños a los servicios sociales, a los equipos que traten la obesidad y a los centros de salud mental y, además, responsabilizarnos de la coordinación de unos y otros. Y si tenemos muchos niños y poco tiempo, debemos recordar que hay que dedicarles la misma atención que si tuviésemos muchos niños con meningitis o bronconeumonias: la que haga falta. Porque se trata de patología grave.
X. Allué (Editor)