Polidipsia

Por Gabriel Giner @esaludcom

La polidipsia es una patología clínica, que en muchos casos se presenta como el principal síntoma de la diabetes. Se trata de una condición caracterizada por la necesidad de beber grandes cantidades de agua, de forma constante y persistente. Por lo general, la polidipsia se acompaña de la necesidad de orinar con excesiva frecuencia.

¿Qué es la polidipsia?

La polidipsia es el nombre médico que recibe el aumento excesivo de la sed, lo cual puede llevar a los pacientes a ingerir cantidades de agua muy superiores a las recomendadas. Es un trastorno relativamente común en personas diabéticas, siendo la sed excesiva uno de los principales y primeros síntomas de la enfermedad.

Polidipsia primaria

Se conoce como tal a una alteración en los mecanismos que regulan la sed, a pesar de no existir ninguna pérdida de líquidos anormal. Es decir, las personas, aún encontrándose bien hidratadas, tienen una necesidad constante de beber.

La polidipsia primaria se puede clasificar a su vez en tres grandes categorías.

  • Polidipsia primaria dipsógena: tiene lugar a raíz de diferentes trastornos y problemas, tales como infecciones o traumatismos. El cuadro clínico más habitual es una sensación de sed desmesurada.
  • Polidipsia primaria psicógena: en este caso los pacientes consumen agua de forma compulsiva pero niegan la sensación de sed constante. En algunos casos la cantidad de agua consumida diariamente supera los 10 litros. Se trata de un trastorno relativamente común entre personas con problemas psiquiátricos.
  • Polidipsia primaria gestacional: es el tipo de polidipsia menos común, aunque se da en algunas mujeres embarazadas. La causa está relacionada con los desequilibrios hormonales propios de la etapa gestacional.

Causas de la polidipsia

Diabetes insípida

La diabetes insípida es una enfermedad relativamente común que produce un desequilibrio de los niveles de agua en el cuerpo, lo cual da lugar a una sensación de sed constante e intensa. Los pacientes tienen sed incluso después de beber agua.

Actualmente no existe ninguna cura para esta enfermedad. No obstante, hay una serie de tratamientos que ayudan a calmar la sed, mejorando así la calidad de vida de los pacientes.

Los síntomas que presentan la gran mayoría de pacientes son principalmente dos: sensación de sed extrema y cantidad de orina excesiva. En función de la gravedad del trastorno, la producción de orina puede superar los 15 litros diarios, siendo la cantidad promedio habitual de 3 litros al día.

Muchos de los pacientes que sufren diabetes insípida sufren trastornos del sueño ya que tienen necesidad de levantarse de forma frecuente durante la noche a orinar.

Esta enfermedad también puede darse en bebés y niños. En estos casos, los padres deben prestar especial atención a los siguientes indicios: agitación excesiva, irritabilidad, problemas para dormir, diarrea y pérdida de peso sin razón aparente.

Una de las principales complicaciones de esta enfermedad es la deshidratación. El organismo de los pacientes, a pesar de que éstos beben grandes cantidades de agua, no es capaz de retener el líquido suficiente para garantizar el buen funcionamiento de los órganos. Los principales síntomas de la deshidratación son: sequedad excesiva de la boca, hipotensión, dolor de cabeza de gran intensidad, pérdida de peso, poca elasticidad de la piel y arritmia.

Diabetes mellitus

La diabetes mellitus es una enfermedad caracterizada porque los niveles de azúcar en sangre son más elevados de lo normal. La insulina es una hormona que produce el páncreas cuya función principal es la de controlar el azúcar en sangre. Pues bien, lo más habitual es que este trastorno esté causado por una producción de insulina insuficiente.

En cuanto a los síntomas propios de esta enfermedad, los que se repiten con mayor frecuencia son: visión borrosa, sensación de sed excesiva y constante, micción frecuente, fatiga, cansancio y pérdida de peso sin razón aparente.

Otras causas

Otras causas probables de la polidipsia son las siguientes.

  • Consumo de alimentos muy condimentados o salados. En este caso la sensación de sed es excesiva durante un periodo de tiempo relativamente largo.
  • Hemorragia de gran envergadura, de modo que el paciente sufre una disminución notable del volumen de sangre en su cuerpo.
  • Consumo de ciertos medicamentos como los diuréticos o las fenotiazinas.
  • Enfermedades de carácter grave como la sepsis, que provocan la pérdida de líquidos corporales desde la sangre hacia los tejidos.
  • En algunos casos la enfermedad tiene su origen en un trastorno mental conocido como polidipsia psicógena. Las personas que tienen ciertas enfermedades mentales, como por ejemplo la esquizofrenia, pueden tener la sensación de sed excesiva continua.
  • La deficiencia de zinc es otra causa probable, aunque no demasiado frecuente. El zinc hace que el cuerpo absorba los fluidos de manera más eficiente, provocando así que el cuerpo sea capaz de retener mayor cantidad de sodio.

Síntomas de la polidipsia

Respecto a los síntomas, los más frecuentes son dos. Por un lado, tener una sed persistente sin razón aparente, la cual no se calma independientemente de la cantidad de agua consumida. Y, por otro lado, orinar más de cinco litros diarios.

Es importante consultar al médico cuando se tiene sed todo el tiempo. En muchos casos la polidipsia es una señal de una determinada enfermedad, como por ejemplo la diabetes, que requiere de tratamiento médico. En este caso la intervención temprana es clave para evitar determinadas complicaciones.

Diagnóstico y tratamiento de la polidipsia

Una vez presentados los síntomas descritos en el apartado anterior, es importante acudir al médico para que establezca el diagnóstico y recomiende el tratamiento más oportuno. En primer lugar realiza el historial médico del paciente, prestando atención a su estado de salud y a los indicios que presenta. El principal objetivo es determinar cuál es el estado de hidratación del paciente.

Si sospecha de polidipsia, el facultativo puede solicitar la realización de pruebas complementarias. Las más habituales son el análisis de sangre y de orina. Se mide la concentración de creatinina, glucosa, sodio, potasio y calcio en plasma. En cuanto a la orina, se evalúa la concentración de sodio en la micción.

Un alto porcentaje de pacientes con sed excesiva tienen diabetes. Por lo tanto, el médico es el responsable de definir las características de este trastorno y determinar el tratamiento para el mismo.

Complicaciones de la polidipsia

La polidipsia se caracteriza porque los pacientes nunca se sienten saciados bebiendo agua, lo cual conlleva a consumir cantidades excesivas de esta bebida. Una situación de riesgo que puede conducir a una hiperhidratación.

Cuando se superan determinados valores de agua consumida, se disuelve una cantidad muy elevada de sodio en la sangre, lo cual se conoce como hiponatremia. Los indicios más comunes de este trastorno son: desorientación, migraña, náuseas y vómitos. Si los pacientes no reciben el tratamiento adecuado y a tiempo, existe un algo riesgo de que se produzcan edemas cerebrales de carácter irreversible, e incluso la muerte.

Cuando la intoxicación por agua se diagnostica y trata a tiempo, prácticamente el 100% de los pacientes se recuperan de forma completa y sin ningún tipo de secuela. No obstante, quienes sufren polidipsia crónica, se pueden producir daños en los órganos vitales.

Hiperhidratación

La hiperhidratación es una enfermedad caracterizada por el consumo excesivo de agua, de modo que hay un hiperexceso de este líquido en el cuerpo. Este trastorno se da cuando una persona consume más cantidad de agua de la que es capaz de eliminar.

En condiciones normales, una persona sin ningún problema de salud puede beber como máximo 7 litros de agua diarios, a razón de 1,5 litros por hora. Cuando se supera esa cantidad, se produce una excesiva disolución del sodio en el torrente sanguíneo, aumentando así la producción de la hormona antidiurética.

Una situación realmente peligrosa, en la que pueden surgir diversas complicaciones de salud: edema cerebral, coma, aumento de la presión intracraneal, etc. Es el órgano cerebral el principal afectado.