Polihidramnios

Por Gabriel Giner @esaludcom

Consiste en una excesiva acumulación de líquido amniótico dentro de la cavidad uterina. Se acepta que un volumen superior a los 2.000 ml de líquido amniótico, en ausencia de gestación múltiple, debe considerarse como un polihidramnios. No obstante, puede no ser clínicamente significativo hasta que haya un volumen mayor de 3.000 ml.

Se observa que esta enfermedad aparece en, aproximadamente, el 0.5-1% de los embarazos.

Causas del polihidramnios

No se conocen con exactitud las causas que producen el polihidramnios.

Sin embargo, existen una serie de anomalías fetales que se asocian con más frecuencia a esta enfermedad, apareciendo hasta en un 50% de los casos de polihidramnios:

  • Anomalías que anulan o disminuyen la deglución fetal de líquido amniótico: atresia esófagica, duoenal, etcétera.
  • Anomalías del sistema nervioso central, tórax y abdomen.
  • Hipoplasia pulmonar.

Otro mecanismo implicado en el polihidramnios es la elevación de la presión capilar arterial o venosa en la circulación sanguínea fetoplacentaria. Esto se produce en patologías como:

  • El coriangioma (tumor vascular de la placenta).
  • Lesiones obstructivas de los grandes vasos sanguíneos abdominales o torácicos fetales.
  • El síndrome de transfusión fetofetal observado en gestaciones de gemelos monocigóticos.

También se ha visto una mayor incidencia de polihidramnios en embarazos de madres diabéticas.

En condiciones normales, el volumen de líquido amniótico en cualquier momento de la gestación es el resultado del equilibrio entre su producción y su reabsorción. En el polihidramnios parece que no están alteradas ni la producción ni la reabsorción del líquido amniótico, pero sí parece que existe una alteración en su transporte.

Causas del polihidramnios

Los síntomas del polihidramnios se originan, principalmente, por la repercusión mecánica del exceso de líquido dentro de la cavidad uterina. El aumento del volumen uterino y la compresión de órganos vecinos repercuten de modo especial sobre la dinámica respiratoria y la circulación sanguínea de retorno hacia el corazón por compresión de los grandes vasos venosos abdominales.

Se distinguen dos formas clínicas, según la rapidez de instauración del exceso de líquido:

Instauración rápida (polihidramnios agudo): esta forma suele aparecer más precozmente en el curso de la gestación, normalmente alrededor del segundo trimestre del embarazo. Los síntomas más frecuentes son:

  1. El dolor.
  2. La dificultad respiratoria.
  3. Es frecuente el parto prematuro antes de la semana 28.

Evoluciona de forma rápida, de modo que el dolor llega a hacerse insoportable y la mujer es incapaz de tumbarse.

Instauración lenta: los síntomas son menos llamativos y mejor tolerados por la mujer, y no se suelen presentar antes del tercer trimestre del embarazo. La dificultad respiratoria aparece inicialmente al tumbarse, y es frecuente el edema de extremidades y los vómitos.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico del polihidramnios se basa en el estudio clínico y ecográfico.

Estudio clínico

Es muy sugestiva la presencia de aumento de volumen uterino, la incapacidad para palpar partes fetales y los síntomas compresivos, todo ello debido al exceso de líquido en la cavidad uterina.

Estudio ecográfico

La ecografía desempeña un papel muy importante en el diagnóstico, ya que permite el diagnóstico precoz del polihidramnios (a partir de la semana 16 del embarazo), así como el diagnóstico de las posibles anomalías fetales asociadas y el descartar otras alteraciones que pueden simular un exceso de líquido amniótico.

¿Cómo se trata?

El tratamiento se basa en reposo, sedación y evacuación del líquido periódicamente, mediante una amniocentesis evacuadora.

Debe hospitalizarse a la mujer en cuanto aparezcan los primeros síntomas y se puede repetir la amniocentesis cuantas veces sea necesario para mantenerla libre de síntomas.

¿Cómo puedo evitarlo?

Debido a que no se conoce con exactitud la causa que produce el polihidramnios, lo único que se puede hacer para evitarlo es llevar un buen control del embarazo, sobre todo si se presenta alguno de los factores que favorecen su aparición.

Toda mujer embarazada debe acudir a su ginecólogo si tiene dolor abdominal y dificultad respiratoria, que son los síntomas típicos de un polihidramnios, para que pueda ser valorada por el médico y éste haga las pruebas necesarias para su diagnóstico.