La base de este plato la vi alguna vez en una revista, o quizá fue en un programa de la "tele", o vete tu a saber. Algunas veces pongo patatas, otras zanahorias y otras cebolla. Algunas veces pongo vino, otras cerveza y otras no le pongo nada de alcohol, pero lo que hace este pollo increiblemente rico, es la mezcla de una buena mostaza, un buen aceite y una buena miel, como esta edición limitada de la casa "Luna de Miel", una miel seleccionada, de la mejor calidad.
Yo el pollo asado lo hago siempre con cuartos traseros. Primero porque en casa a casi todos preferimos el muslo a la pechuga, y luego porque yo soy incapaz de trinchar un pollo. Además ¡que caramba! es mucho más cómodo.
Ingredientes:
4 cuartos traseros de pollo 1 cucharada colmadita de miel "Luna de Miel" 1 cucharada de mostaza 2 cucharadas de aceite de oliva
Preparación:
Quitamos a los cuartos traseros de pollo los trozos de piel y grasa que normalmente dejan los polleros (me imagino que para aumentar el peso) Condimentamos con la mezcla de sal marina con hierbas el pollo. A mi me gusta tener todo tipo de especias, sales y mezclas que me encuentro en los mercados, y concretamente esta que os digo le da muy buen sabor al pollo.
Cortamos las patatas en trozos y las colocamos en la bandeja de horno junto con el pollo.
Ahora viene lo que de verdad le aporta esa presencia dorada y ese sabor tan rico. En un vaso mezclador, ponemos una cucharada colmada de miel "Luna de Miel", una cucharada de mostaza y dos cucharadas de aceite de oliva.
Mezclamos bien y vertemos la mezcla por los cuartos traseros de pollo.
Añadimos un buen chorro de aceite de oliva por encima de las patatas y metemos la bandeja en el horno que tendremos precalentado a 200º y dejamos hacer 15', luego añadimos el vino blanco, repartiéndolo bien por encima de las patatas. Yo he usado uno de Rueda. Dejamos otros 25' en el horno.
Sacamos del horno y servimos inmediatamente.
El sabor de este pollo es increíble, y como habéis visto muy fácil.
Bon appétit