Polonia se aprieta el cinturón

Por Nestortazueco

(Varsovia, 18/11/2011, EFE)

El primer ministro polaco, Donald Tusk, reconoció ayer que su Gobierno llevará a cabo medidas impopulares que exigirán el sacrificio de todos y expresó su objetivo de reducir la deuda pública del actual 55 por ciento del Producto Interior Bruto hasta un 52 por ciento en 2012 y un 47 por ciento en 2015.

Tusk adelantó sus propuestas para los próximos cuatro años durante su primer discurso ante el Parlamento de Polonia, después de su reelección en las pasadas elecciones del nueve de octubre.

Aunque la economía polaca ha evitado hasta ahora entrar en recesión, los mercados miran con inquietud la evolución de la deuda pública del país centroeuropeo, algo que el primer ministro polaco quiso hoy zanjar con un compromiso para una reducción progresiva de la misma, hasta situarla en el 35 por ciento del PIB en 2040.

El primer ministro polaco también anunció su intención de elevar la edad de jubilación, previsiblemente hasta los 67 años, así como una revisión de los privilegios de jubilación para ciertos colectivos profesionales como el de los mineros o el de los religiosos, quienes actualmente disfrutan de condiciones más favorables que la de la mayoría de trabajadores.

“Estos tiempos son más difíciles que años atrás”, reconoció el político liberal, quien afirmó su intención de poner en marcha políticas que permitan superar esta complicada etapa.

Tusk también mostró su intención de elevar en un dos por ciento la cotización al sistema de pensiones para los empleadores.

A pesar de los recortes el jefe del Gobierno polaco no se olvidó de la complicada situación salarial de militares y policías, a los que prometió una subida media de 65 euros mensuales.

Y es que para Tusk la carga de esta austeridad tiene que recaer en gran parte en los hombres de aquellos que actualmente disfrutan de “privilegios injustificados”.

Tampoco se olvidó el liberal de las políticas para elevar la baja tasa de natalidad, algo que preocupa a muchos polacos, y anunció que las exenciones fiscales para las familias que tengan tres o más hijos se incrementarán en un 50 por ciento, aunque las dirigidas a aquellas que cuentan con dos vástagos se mantendrán sin modificación.

Más allá de la economía, que centró la gran parte de su intervención, Donald Tusk recordó que la misión de un gobierno no es la de impulsar una “revolución moral en la sociedad”, y reiteró su compromiso con la tradición y los símbolos nacionales de Polonia, poniendo como ejemplo la figura de Juan Pablo II o los colores de la bandera.

Antes de la intervención de Tusk ante la cámara baja el presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski, tomó juramento a los ministros que formarán el Gobierno polaco, en el que se mantienen como pesos pesados los titulares de Exteriores, Radoslaw Sikorski, y de Finanzas, Jacek Rostowski.

Ambos se formaron en el Reino Unido y cuentan con una buena imagen tanto fuera como dentro de Polonia, especialmente Rostowski, quien está considerado como el responsable de haber evitado la recesión durante la crisis financiera de 2008 y 2009.

De hecho el propio Tusk reconocía en su discurso el éxito económico de Polonia entre el periodo 2008 y 2011, con un crecimiento del 15,4 por ciento del Producto Interior Bruto.

El nuevo Ejecutivo se someterá mañana a una votación de confianza en el Parlamento, un trámite que se superará gracias a la mayoría de diputados que reúnen los liberales de Plataforma Ciudadana y sus socios de gobierno del Partido Campesino.