El liberal Komorowski apuesta por restaurar los lazos con la UE que el malogrado Lech Kaczynski casi termina de romper para siempre.
Polonia vuelve a congraciarse con el resto de la Unión Europea tras las malas relaciones propiciadas por el anterior presidente del país ex comunista, Lech Kaczynski, muerto en accidente aéreo el 10 de abril. La marcada política exterior proamericana y euroescéptica, con enfrentamientos continuos con Bruselas, practicada por el desparecido mandatario, con el apoyo del ultraconservador partido Ley y Justicia (PiS) de su gemelo, Jaroslaw, estuvo a un paso de acabar con la corta trayectoria polaca -ingresó en 2004- en la UE.
Pero la llegada a la jefatura del Estado de Bronislaw Komorowski, dirigente de la gobernante Plataforma Cívica (PO), ha significado un cambio radical en política exterior respecto a la anterior etapa. Komorowski realizó hace recientemente su primer viaje presidencial a Bruselas para reafirmar su compromiso con las instituciones comunitarias, donde aseguró que se abre un «nuevo momento político» entre Varsovia y la Unión. También pidió que los Veintisiete mantengan su compromiso de ayudar a los países más pobres, entre los que se halla Polonia, y a la cohesión social y territorial del club europeo.
Después de la capital belga, las siguientes etapas de Komorowski fueron París y Berlín. En su periplo el mandatario polaco reafirmó su vocación europeísta y los lazos políticos y económicos que unen a su país con Francia y Alemania, los dos miembros más influyentes de la UE. Según el diario conservador 'Rzeczpospolita', «el primer viaje oficial al extranjero del nuevo presidente iba a demostrar cuáles son las direcciones estratégicas de su política exterior. Komorowski lo empezó en Bruselas… Luego se desplazó a París y, finalmente, a Berlín. Ambas capitales le declararon su disposición a reanudar la cooperación».
El centroderecha liberal polaco, con Komorowski y el primer ministro Donald Tusk a la cabeza, harán todo lo posible por fortalecer su política europeísta y enganchar al país al club de los más influyentes. En este sentido, la UE puede sentirse aliviada. Pero el peso social y político de la derecha radical y euroescéptica es considerable y los seguidores de Jaroslaw Kaczynski ya se están preparando para las elecciones municipales y legislativas de 2011.