Polonia sigue dividida al año de la tragedia de Smolensk

Por Nestortazueco

(10/04/11, EFE, Varsovia)

- El 70% de polacos cree que todavía no se conoce toda la verdad sobre la catástrofe.- A las 08.41 han sonado las sirenas en toda la ciudad y se ha guardado un minuto de silencio. VÍDEO  Un año después de la catástrofe aérea de Smolensk (Rusia), donde perdieron la vida los 96 ocupantes del avión presidencial polaco, entre ellos el presidente del país, Lech Kaczynski, los políticos siguen divididos entre quienes desean pasar página y los pretenden mantener el recuerdo y “buscar la verdad”. “Cada partido está usando la tragedia para conseguir sus propios fines”, ha explicado el politólogo Karol Wojciechowski, quien lamenta que tanto liberales como conservadores se hayan apresurado en sacar las conclusiones del accidente que más les convienen.  “Lo que sucedió en Smolensk se ha convertido en un instrumento político para movilizar a diferentes grupos y, en ciertos casos, una llave para intentar volver a gobernar”, señala Wojciechowski. Lo cierto es que, un año después del siniestro aéreo, las diferentes opiniones sobre la colisión del avión presidencial han creado una profunda brecha que divide a la sociedad polaca. El partido liberal Plataforma Ciudadana, actualmente en el poder en el país centroeuropeo, pide pasar página y superar una tragedia en la que fallecieron los líderes conservadores más relevantes. Mientras, la formación conservadora Ley y Justicia, la principal fuerza de la oposición, sostienen que los gobiernos polaco y ruso esconden la verdad de lo que realmente tuvo lugar en Smolensk, e incluso no descarta la teoría del asesinato, tal y como hace algunos días afirmó Jaroslaw Kaczynski, hermano gemelo del anterior presidente polaco.   En memoria de los fallecidos Ese ambiente de división se podía vivir hoy a las puertas del palacio presidencial de Varsovia, donde unos 15.000 ciudadanos, según los organizadores, se congregaron desde primera hora de la mañana para honrar a los fallecidos, entre gritos de “gestapo” y “asesinos” para los miembros del Ejecutivo liberal, y vítores para Jaroslaw Kaczynski y el resto de dirigentes conservadores. A las 08.41 hora local (06.41 GMT) sonaron las sirenas en toda la ciudad y se guardó un minuto de silencio en recuerdo de las 96 víctimas de Smolensk, antes de que el repicar de las campanas rompiese la emoción y los miles de congregados encendiesen velas y depositasen flores en los aledaños del palacio. Cientos de banderas nacionales polacas con crespones negros, crucifijos y carteles donde se podía leer “Dios, patria y honor” vestían la concentración, donde se elevaban las oraciones y los cantos patrióticos. Estos ciudadanos aseguran que el primer ministro polaco, Donald Tusk, ha colaborado con Moscú en la ocultación de la verdad sobre lo sucedido en Smolensk, defendiendo sin tapujos la teoría de una conspiración para acabar con la “Polonia verdaderamente libre y soberana” que representaba, según ellos, Lech Kaczynski.   El uso de la tragedia Pero el Gobierno liberal también se ha servido de la tragedia de Smolensk para dejar en evidencia el radicalismo de sus adversarios políticos y atraer definitivamente a su lado a la juventud y a las clases pudientes, hasta entonces bastante indiferentes. Tras el desastre de Smolensk, son muchos los polacos que reconocen que votarán a Plataforma Ciudadana no porque sea el mejor partido, “sino porque no hay otra opción”, ya que los conservadores de Ley y Justicia “se han radicalizado” tras el accidente, al empeñarse en buscar una mano negra como la causante del siniestro. Con las protestas de fondo, el presidente del Parlamento Europeo, el polaco Jerzy Buzek, realizaba junto a las máximas autoridades del Estado una ofrenda floral en el Parlamento de Polonia, antes de trasladarse al cementerio de Powazki, donde tenía lugar el homenaje oficial a las víctimas. La catedral del castillo de Wawel, en Cracovia, mausoleo de Lech Kaczynski y su esposa, Maria, era el escenario de una misa multitudinaria oficiada por el cardenal Dziwisz, colaborador del papa Juan Pablo II y amigo personal del anterior presidente polaco. “El conflicto y la división que se ha abierto tras la tragedia son cuestiones fugaces y su significado es efímero frente a cuestiones fundamentales como la vida y la muerte”, dijo el cardenal a los asistentes.  
En busca de la verdad

Un año después de la tragedia cerca del 70% de polacos cree que todavía no se conoce toda la verdad sobre la catástrofe aunque, según el informe elaborado por las autoridades rusas, la colisión tuvo lugar a causa de las condiciones meteorológicas adversas y los errores de los pilotos del Tupolev 154 polaco.

La delegación presidencial polaca pretendía aterrizar en Smolensk para trasladarse hasta el cementerio de Katyn, donde iba a tener lugar la conmemoración del 70 aniversario de la matanza de 22.000 oficiales polacos prisioneros por orden de Stalin.