(Paco Soto, Varsovia, 23/02/2012)
La Unión Europea (UE) firmó recientemente el tratado ACTA contra la falsificación y la piratería en Internet, que deberá ser ratificado por el el Parlamento comunitario, y de momento, los Gobiernos de la República Checa y de Polonia han anunciado que paralizan el proceso de ratificación en sus respectivos países, donde ha surgido un movimiento ciudadano en contra de la norma europea.
Varsovia y Praga quieren analizar con más detenimiento su impacto en el acceso a la libre información. El primer ministro polaco, Donald Tusk, anunció que la ratificación se producirá cuando se aclaren todos los interrogantes que la norma ha generado y reconoció ante los internautas el error de haber suscrito el pacto sin un debate público previo.
Polonia es uno de los países europeos donde más ciudadanos, sobre todo jóvenes, se han manifestado en contra de ACTA. En Chequia, el Gobierno de Petr Necas detuvo su decisión de ratificar por la vía rápida el tratado de ACTA. La presión de la opinión pública checa consiguió que Praga, al igual que Varsovia, haya detenido el proceso de ratificación del tratado. El primer ministro checo, que teme las posibles consecuencias de un acuerdo criticado por la ambigüedad de su redacción, manifestó: “El proceso de ratificación ha sido detenido hasta que no sometamos el texto a análisis. No podemos permitir que se limiten de alguna manera libertades cívicas o el acceso a la información. Tenemos que ver qué supondría en la práctica llevarlo a la vida real”.
Partido Pirata
El Partido Pirata Checo celebró la decisión del Gobierno conservador de Necas, pero consideró que haber firmado el acuerdo previo de Tokio - como el resto de Estados de la UE – no fue un buen inicio. A pesar de la rectificación del Ejecutivo, las iniciativas surgidas en contra del tratado han seguido su curso, con concentraciones en muchas ciudades del país. Por su parte, Anonymous volvió a atacar, esta vez con más fuerza, la página del derechista y gubernamental Partido Cívico Democrático (ODS). Los ‘hackers’ se hicieron con datos personales de todos los miembros de la formación, parte de los cuales posteriormente publicaron en la red. ODS puso una denuncia y la Policía abrió una investigación.