Los dos países del Este de Europa cuidan los detalles de forma minuciosa en pro de su imagen internacional.
Los dos países son conscientes de que su imagen internacional está en juego y por ello han preparado de manera minuciosa el torneo y quieren que en los últimos meses ningún imprevisto haga naufragar el éxito esperado. El objetivo ahora es terminar las obras para final de año, para poder dedicar los últimos seis meses a pulir y solucionar los pequeños detalles.
«Hay una gran diferencia entre la situación actual y la de principios de 2008, cuando sólo teníamos uno o dos inversores», explica Marcin Herra, responsable de los preparativos en la parte polaca. Desde su despacho tiene vistas al estadio Nacional de Varsovia.
«Polonia es la gran obra de Europa. Hay muchas cosas que se están construyendo y es algo muy, muy visible», comenta Herra. Las paredes de su oficina están cubiertas con complejos diagramas sobre la evolución de decenas de proyectos, campos de entrenamiento, carreteras, terminales de aeropuerto y hoteles, que deberían dar servicio a los 1,2 millones de hinchas que se esperan.
En 2007 la UEFA sorprendió atribuyendo el torneo a la candidatura conjunto de Polonia y Ucrania, en vez de confiar en la favorita Italia o a la también conjunta Hungría/Croacia. La Eurocopa cruzará en 2012, por primera vez, la frontera del antiguo bloque del Este, antes de que el Mundial de 2018 vaya aún más lejos y llegue hasta Rusia.
La época comunista ya es parte del pasado en estos países, pero Polonia y sobre todo Ucrania tienen que afrontar retos inimaginables en la Europa Occidental. «En 2007 éramos conscientes de haber ganado sólo la primera parte, contra nuestros dos competidores. La segunda mitad del partido es el tiempo», declara Adam Olkowicz, director de la parte polaca del evento y vicepresidente de la Federación Polaca de Fútbol
Tras las dudas iniciales sobre la capacidad organizativa de ambos países, todo parece ir por el buen camino. Las inversiones están a la altura del torneo. En Polonia, unos 80.000 millones de zlotys (20.600 millones de euros) se han invertido, en su mayor parte en transportes, un sector que estaba aún en una fase muy precaria.
Una situación similar ocurre con Ucrania. «Más allá de los estadios, todo lo demás, los aeropuertos, las carreteras, tenían que ser construidos de cualquier manera», señala Borys Kolesnikov, viceprimer ministro ucraniano, responsable de la Eurocopa-2012.