Su camino, surgido en Inglaterra a comienzos de los años cincuenta, hasta los Estados Unidos en la explosión de color de los años sesenta, estuvo marcado por las reacciones a distintos estilos pictóricos y movimientos más o menos coetáneos al Pop Art, como el Expresionismo Abstracto Americano o, en el caso británico, una reacción a las propias Bellas Artes, entendidas dentro del punto de vista académico y de posguerra, pero teniendo como base el American Way of Life de esos años.
Los artistas tomaban como referencia un objeto, una persona o un icono para convertirlo en un elemento de creación en serie. Así desde el comienzo del movimiento con Richard Hamilton y su Just what is it that makes today's homes so different, so appealing? (¿Esto es lo que hacen que los hogares de hoy sean tan diferentes, tan atractivos?), pasando por Andy Warhol, que fue el paradigma y el más carismático de todos, pero sin olvidarnos de Roy Lichtenstein o Keith Haring que comenzó a realizar su obra en los años 80, muy posterior a toda esa primera generación de artistas pop.
Desde todos los puntos de vista, es evidente que este estilo pop, marcado por los grandes iconos de la sociedad de los años centrales del siglo XX, fue un movimiento que perdura en la actualidad y sigue presente en muchos de los nuevos artistas que surgen.