Por qué deberías escribir un blog.

Por Paula Lesina


Vivimos bajo de imperio de la brevedad. El primero que haya dicho "no sé lo que quiero pero lo quiero ya" es el profeta anónimo de una generación que quiere, quiere ahora y sin tanta reflexión. Para muchos el día a día tiene 140 caracteres, el límite original de un mensaje de texto. Inaugurado el whatsapeo, la imagen y la velocidad no le ceden terreno a las palabras. Si alguna vez leíste un post desmesurado, comprenderás lo difícil que me resulta usar Twitter. Ya no hablemos de otras herramientas de "comunicación" en las cuales la rapidez de digitación es directamente proporcional a la insustancialidad de lo escrito. La tecnología de integración social se instaló en el terreno abierto de la necesidad. Las redes son nuevas pero la necesidad es ancestral: el deseo humano de escribir tu propio relato.

Un paréntesis intensional.


En primerísima instancia, quiero tomarme un párrafo de este post para agradecer a todas las personas que se inscribieron hasta el momento en el curso "Blogger desde cero". Todavía me cuesta creer que hay veinticinco interesad@s en leer sobre mi experiencia particular y dispuestas a compartir un conocimiento cimentado en base al "ensayo y error" , el método exploratorio por excelencia desde que alguien dijo Eureka. Si me tienen paciencia, quiero escribir algo más al respecto: claramente no soy una autoridad en HTML o en SEO. Lo que aprendí de CSS fue a la fuerza y muy instrumental, porque me interesaba lograr determinada estética en mi blog. Sin embargo, tengo horas de heurística bloguera; leo, intento, me equivoco, empiezo de nuevo. Como soy persistente en mis propósitos, cuando cometo un error, me concentro en comprender dónde, cómo y por qué me equivoqué. Incluso con más énfasis que cuando advierto un acierto.  Mi "eureka" llegó cuando intentaba explicarle a mi amiga -socia, comadre y demás roles esenciales compartidos- cómo funcionaba el Proyecto Intensional.  Cuando terminé, porque la muy santa tiene paciencia para mis entusiasmos blogueros, me preguntó algo muy simple: por qué no me dedicaba a enseñar "todo eso".  Mi instinto primario fue retraerme: quién soy yo para enseñar sobre cómo tener y sostener un blog. En otro momento te cuento cómo llegué al ¿por qué no? y finalmente a darle forma al curso. Los ojos de alguien ajeno a el universo blogger, me permitieron mirar de otra forma el conocimiento experimental y tuve mi epifanía desmesurada: todos mis ensayos académicos son sobre autores no transitados por la crítica, mi propuesta de tesis de posgrado tiene como trasfondo "la novedad" y en general, me engancho rápidamente con las nuevas ideas en consonancia con mis valores primarios. No soy la primera en escribir sobre cómo iniciar un blog pero seguro soy la única que puede hacerlo desde mi perspectiva particular. Así que, el Curso está en marcha, esperando que te anotes para participar de una experiencia gratuita pero no por eso de escaso contenido o calidad. Si estás esperando trucos de posicionamiento SEO, gráficas y trucos de diseño, seguro te decepciono pero si te interesa tener un blog con sentido, que refleje tu identidad y trasmita el relato de tus pasiones, intereses o emprendimientos...Bienvenida. Porque ser visible es mucho más que salir en los primeros diez resultados del buscador de buscadores.

Escribir mi propio relato.


Como verás, yo tengo mi propio relato. La historia de un "por qué" que no puede explicarse en los 140 caracteres que Twitter me permite, ni en el muro de Facebook y que seguramente, no estaría en el top 10 de popularidad en Instagram. Relajate. Este post no es una extensa arenga contra las redes sociales es una mirada sobre la forma en que escribimos el relato de nuestra vida en ellas. ¿Por qué entonces no escribirlo en un blog? Porque aunque creas lo contrario, si usás las redes sociales podés escribir un blog. La mayoría de las personas que dudan sobre iniciar o crear un blog, tienen entre sus reparos fundamentales tres ideas pre-concebidas:
1- No tengo sobre qué escribir.
2- No soy buena desarrollando temas por escrito.
3- No quiero entrar en la "sociedad del espectáculo"

La sociedad del espectáculo.


Empecemos a desarmar tus prejuicios...Mi visión es distinta. Ya vivís en la sociedad del espectáculo.  Y con esto no me refiero a que cuando salgas a la puerta, te espera un periodista de chimentos para saber cómo anda tu relación de pareja y qué proyectos laborales tenés para el futuro... Te guste o no, sos parte de una gran puesta en escena que se inicia en el momento en el cual abriste una cuenta de correo en Google. Nunca más sos un ser anónimo. Desde ese momento, sos rastreable. Aunque tengas la falsa sensación de intimidad, un satélite del cual no tenías ni idea sacó una foto de tu casa y se ve la ropa tendida en la cuerda. No es una mirada apocalíptica. Es la expresión de un proceso inevitable de masificación de la tecnología y los medios de comunicación. Cuando lo mirás desde esa perspectiva, tener un blog ya no es esa actividad bizarra de personas con mucho tiempo libre y una carga insoportable de ego, es una más de las estrategias de la comunicación. Si el mundo me va a conocer, que sea por lo que tengo para decir no por cómo lucen mis calzones en Google maps. Si te aterra el solo pensarlo, siempre existe la posibilidad de encerrarte en una cueva y vivir de raíces. La intimidad es una construcción como cualquier otra. Te lo dice una bloguera uruguaya, lo cual es, en sí mismo, una contradicción lógica porque no existe nada más alejado de la idiosincracia nacional que exponerse públicamente de forma voluntaria.

No sé escribir.


Esa es una afirmación que podría empezar a discutirte en este momento y terminamos...cuando vos decidas por que yo, estoy convencida de que todo ser viviente capaz de la acción física de dibujar los símbolos gráficos, puede escribir. El estudio de la literatura nos convence de que el arte de la escritura es patrimonio de excepcionales y muy escasos talentos. Es una falacia enorme como mis calzones en Google maps (estoy en plan "tanga cero") Escribir no es una habilidad reductible a un grupo de prodigiosos y si hay algo que me subleva de mi profesión, es la mirada por encima del hombro de los iniciados. Escribir e interpretar son patrimonio humano. Que no tengas entrenamiento...es otra cosa. El cerebro es un músculo más del cuerpo, lo entrenás y responde. Eso no significa que con el puro deseo vas a escribir como Borges, significa que la capacidad es inherente a la voluntad. El talento es otra cosa. Que hubo, hay y habrá personas talentosas en el manejo estético del lenguaje, sin duda. Pero el talento es un don que requiere de técnica, disciplina y estrategia. Sin esas tres capacidades -para nada asociadas con el genio- no es otra cosa que una característica personal que pone orgullosa a tu mamá.

No tengo temas para escribir un blog.


Creo que es la excusa más insólita de todas. En definitiva, estás viva ¿no? Todo organismo vivo que no sea una ameba está lleno de intensiones. Si estás leyendo deduzco que no sos un organismo unicelular, así que doy por descontado que tenés millones de cosas interesantes por decir. Muy diferente es tener la habilidad para encontrar a quién le parece interesante tu intensión, pero como seguramente te vas a inscribir en el curso, no tengo dudas de que ése, no va a ser tu problema. Además, mi abuela siempre decía que para todo roto hay un descosido, en consecuencia, aunque tu interés primordial sea la reproducción del escarabajo macho bajo situaciones de estrés, seguro que encontrás lectores. Los temas para tu blog no son un problema. Tu desafío es desprenderte de la mirada miope de una educación que no nos colabora mucho para despertar la creatividad.
Y me despido. Recordándote que te sigo esperando para empezar el "Curso Blogger desde cero" que sí o sí arranca este sábado. Porque una cosa es darte tiempo para decidirte y otra muy distinta es dejar esperando a quienes ya se decidieron.