Spas y Piscinas no son lo mismo
Uno de los condicionantes que más marcan la diferencia entre un spa y una piscina es la diferencia de la temperatura del agua. En el caso del agua de los spas tiene una temperatura mucho más elevada que incluso si se compara con la de las piscinas climatizadas.
Pero además, resulta que en un spa el volumen de agua comparado con los bañistas que lo usan es mucho menor que en la piscinas.
Estas razones bastan para entender que la posibilidad de que la calidad del agua de un spa se deteriore sino se realiza el mantenimiento correcto, es mucho más rápida que en el caso de las piscinas. He ahí una de las claves, que se realice un mantenimiento regular y constante, con los productos adecuados.
Porque esta es la otra condición, usar productos específicos para el mantenimiento de spas, que son ligeramente diferentes de los que se comercializan para piscinas. No hay que olvidar que los microrganismos que enturbian el agua de los spas no solo se fijan en las paredes, también pueden llegar a las tuberías, por lo que una vez que aparece el problema, es mucho más difícil su solución.