El llanto es una forma de expresión no verbal y es una forma de comunicación exclusiva del ser humano. Según las investigaciones científicas, somos la única especia capaz de producir el llanto. La literatura científica ha dado numerosos ensayos acerca de por qué lloramos, teniendo en cuenta las razones biológicas y comunicativas. Si nos centramos en el aspecto biológico, las lágrimas ayudan a eliminar sustancias tóxicas estresantes de nuestro organismo y, por esta razón, tienen un efecto relajante.
Por supuesto, las lágrimas son necesarias para mantener el glóbulo ocular húmedo, y contienen proteínas y otras sustancias que ayudan a luchar contra posibles infecciones. La doctora Judith Orloff, profesora de Psiquiatría en la Universidad de UCLA, asegura que las lágrimas tienen dos funciones principales. Por un lado, una función física para lubricar el ojo y para limpiarlo ante posibles infecciones. Y, por otro lado, una función emocional que nos ayuda a eliminar la tristeza y el estrés.
Pero, ¿cuál es la razón evolutiva por la que lloramos? Desde el punto de vista de la comunicación, la teoría evolutiva afirma que el llanto sirve para transmitir sumisión y, por ello, ha sido clave a la hora de construir y fortalecer las relaciones personales.
Oren Hasson, biólogo evolutivo de la Universidad de Tel Aviv, propone que al llorar las lágrimas nublan nuestra vista y nos dejan indefensos y en un estado de sumisión. Se inhiben los comportamientos agresivos y se transmite vulnerabilidad, lo que se traduce en “una estrategia que puede acercarnos emocionalmente a los otros”. De esta manera se construyen y se fortalecen los vínculos entre personas y se establecen las relaciones.
Nuestros antepasados usaban el llanto como un aviso a sus semejantes para avisarles de que estaban padeciendo una emoción intensa y que necesitaban ayuda. Esto es así porque llorar capta la atención de quienes nos rodean, y sirve para avisar que estamos padeciendo algo y que necesitamos ser atendidos.
El neurocientífico británico Michael Trimble defiende en Why Humans Like to Cry: The Evolutionary Origins of Tragedy (Oxford Université Press) que “cuando nuestros antepasados comenzaron a poseer esta capacidad, fue también cuando comenzaron a tener conciencia de sí mismos y de la muerte; mucho antes de que se desarrollase el lenguaje lógico”. La utilización de las lágrimas como una respuesta emocional dio origen a los circuitos cerebrales implicados en las conductas sociales (las estructuras límbicas).