A veces, cuando lees ciertas cosas en los libros o los estudios, lo crees simplemente porque está ahí escrito y se ha demostrado. Pero, ¡qué impresionante es cuando puedes comprobarlo por tú misma!
Desde que trabajo con personas mayores con deterioro cognitivo, me he ido dando cuenta de lo importante que es el nivel cultural en cómo evoluciona el deterioro cognitivo y cómo le hacen frente.
En los libros, esto se ha llamado reserva cognitiva. Yo creía que esto era un concepto teórico y abstracto cuando estudiaba en la facultad. Pero resultó que no, que puedes comprobarlo tú mismo cuando trabajas con personas cuyas facultades cognitivas se ven mermadas.
El concepto reserva cognitiva se puede definir como un proceso activo por el cual el cerebro se adapta a una situación de deterioro utilizando recursos de procesamiento cognitivo que permitan compensar ese deterioro (Stern, 2007). En el manual de Rocío Fernández-Ballesteros (2016) se define como la capacidad cognitiva de nuestro cerebro que no utilizamos o utilizamos de modo poco eficiente, pero que es susceptible de ser activada.
Dicho así suena abstracto, ¿verdad? Yo la entiendo como los recursos o herramientas de las que te puede dotar tu nivel cultural previo a la hora de hacer frente a un deterioro cognitivo. Tanto a ti mismo como a tu cerebro.
Podemos medir la reserva cognitiva a través de indicadores como los años de escolarización, la complejidad laboral, el nivel de vocabulario, las actividades de ocio y sociales, etc. Estos son aspectos que contribuyen a nuestra formación personal y profesional, que nos enriquecen cognitivamente y que hacen que nuestro cerebro esté más "fortalecido".
Diferentes investigaciones han encontrado que la reserva cognitiva influye en el retraso de la manifestación de los síntomas de deterioro cognitivo (Stern, 2007).
Esto implica que nuestra riqueza cultural contribuye a protegernos frente al deterioro cognitivo y que, en caso de que este se vaya a producir, aparecerá más tarde y evolucionará de forma más lenta.
En mi práctica profesional, he podido ver cómo las personas que cuentan con un nivel cultural alto (tienen estudios universitarios, han tenido una vida social rica, se han interesado por la cultura, el arte o diferentes áreas de conocimiento...) cuentan con más estrategias para atajar el deterioro, y para intentar rendir de mejor manera en las tareas cognitivas que se les presentan. Es impresionante ver cómo una persona que sufre un deterioro cognitivo grave puede realizar mentalmente operaciones matemáticas complejas.
Por eso, mi recomendación en este sentido es que nunca dejes de aprender. Aunque no hayas podido contar con las oportunidades vitales o económicas para estudiar una carrera universitaria, interésate y aprende sobre aquello que más te gusta. Lee, vista museos, ve al cine, conoce gente nueva e interesante, aprovecha cada oportunidad de enriquecimiento personal. Esto le gustará a tu cerebro!
Referencias:Fernández-Ballesteros, R. (2016). Psicología de la vejez: una psicogerontología aplicada. Madrid: Pirámide.Stern, Y. (2009). Cognitive Reserve. Neuropsychologia, 47, 2015-2028.