Por qué nos resistimos al cambio

Por Paulo Mesa @paucemeher

Es fácil que olvidemos por qué nos cuesta trabajo cambiar. Haré una lista breve y práctica de las razones, causas y circunstancias del porqué veo que nos resistirnos al cambio. Pregúntate ¿Cuál es el cambio que estás afrontando ahora mismo? ¿Qué te produce? ¿Qué está siendo fácil o difícil? ¿Cuál de las siguientes características te describen?

1. Miedo: La primera causa de la resistencia al cambio es el miedo. El miedo es pre-ocuparnos por el futuro. En esa "pre-ocupación" huimos o atacamos; estas son las dos reacciones básicas. Nos da mucho miedo salirnos de la zona de comodidad ( confort) en la que vivimos, nos da miedo sentirnos inseguros, experimentar, probar y, sobre todo, equivocarnos. El miedo es imaginario, es una idea que tenemos en la cabeza y la damos por sentada para que guíe nuestra vida. ¿A qué le temes en este momento?

En realidad, no sabemos qué sigue dentro de un minuto, qué pasará mañana, dentro de un mes o en un año. Cada instante es incierto y nos inventamos la ilusión del control para sentirnos razonablemente tranquilos y seguros. Estamos presionados por la cultura de las respuestas correctas y la tolerancia cero a la equivocación. Si un cambio nos pone en este riesgo, mejor lo rechazamos o le hacemos el quite. ¿Cuál es el experimento que no has hecho?

2. Pérdida de control: La percepción de que no tenemos ningún control sobre los cambios y las nuevas circunstancias, sobre todo si vienen desde afuera, es algo que evitamos porque tememos que algo "muy malo" venga para nosotros o que se nos quite "algo muy bueno" que ya tenemos. La frase: "Más vale conocido que bueno por conocer" ¿Se te hace familiar?

3. La falta de información, los chismes o los mitos: Todo está cambiando a toda ahora, así no lo percibamos, así no lo controlemos. Nos aterrorizan los cambios fuertes, rápidos y que nos impactan de frente sin que sepamos qué traen. La idea de lo "bueno" y lo "malo", lo "correcto" y lo "incorrecto" ayuda también a que el cambio se complique porque estos son juicios relativos al contexto y ¡Adivinen qué!: El contexto es dinámico y siempre está cambiando. ¿Cuál es el cuento que te estás echando? ¿Cuál es el cuento que te has tragado? ¿Habrá otro cuento?

4. No nos gustan las sorpresas: ¡Sobre todo si estas son desagradables! No nos gusta que nos tomen por sorpresa, que las noticias fuertes nos lleguen sin preparación y que las sorpresas contribuyan a generar más incertidumbre. Los cambios que se introducen de un momento para otro sin ton ni son, y que nos sacan de la transparencia y la zona de comodidad cotidiana, nos atemorizan con fuerza.

5. Las costumbres y la rutina: ligado a lo anterior, nos desagrada desaprender o salirnos de las rutinas del mundo conocido que hemos construido. Adquirir nuevos hábitos implica dejarse sorprender, aprender y quizás equivocarnos. Aunque lo digamos a los cuatro vientos, no es lo común en la mayoría de la gente. Nos gusta el cambio siempre y cuando sea nuestro y traiga pocas diferencias; bienvenido el cambio siempre y cuando no introduzca modificaciones sustanciales a lo conocido.

6. Caernos del pedestal: A casi nadie le gusta dejar de ser la "vaca sagrada". Hay cambios que amenazan nuestro estatus. Por ejemplo, si con la tecnología anterior éramos los genios, puede que con la nueva volvamos al jardín infantil y nos toque empezar de cero ¿Se te hace familiar esta situación? A muchos este tipo de cambios no les gusta y son los primeros abanderados del rechazo... muchos no lo resisten y terminan reventándose y saliéndose... otros crean bandos (asociándose con otros que piensan parecido) y se lanzan a la "guerra". También hay otro tanto que terminan muriendo aplastados.

7. Dudas sobre la capacidad propia: El cambio nos pone a dudar sobre si somos o no capaces de afrontarlo ¿Alguna vez te has visto cuestionándote por el hecho de ser o no la persona indicada para esa nueva situación que estás afrontando? ¿Qué te decías en ese momento? ¿Te has visto cuestionándote? Si no confiamos en nuestras capacidades y encaramos la situación, terminamos sucumbiendo al temor y rechazando el cambio.

8. Sensación de "más trabajo" y volver a empezar: Suena hermoso e inspirador en los memes de frases y los libros de auto-ayuda la idea de "levantarnos de nuestras dificultades" y "volver a empezar", como si nos "encantara" hacer eso. Repetir esfuerzos no es algo que nos alague. ¡Volver a empezar! Qué tremenda carga. Quizás lo hacemos si encontramos mucho sentido en la causa que perseguimos, pero de otro modo no encontramos lógica en volver a empezar o en que se nos ponga más trabajo del que consideramos razonable atender. Si el cambio nos trae más carga ¡No nos interesa! ¿A qué le encuentras sentido y a qué no? ¿Te da esto algunas pistas?

9. Desconfianza, dolores y resentimientos sin sanar: Si el pasado nos ha golpeado y no hemos sido capaces de superarlo, temeremos y rechazaremos esos cambios que parezcan revivir lo que ya nos dejó cicatriz en el alma. Sentirnos excluidos también puede ser un factor que desencadene rechazo al cambio; vemos lo nuevo como "algo que otros están haciendo por allá sin tenerme en cuenta". ¿Qué es lo que te hace falta reparar y sanar?

10. Ignorancia: Hacemos muchas cosas y juzgamos muchas situaciones desde nuestra propia ignorancia y nuestra incapacidad de comprender todas las variables implicadas en la situación. Rechazamos muchos cambios porque simplemente no entendemos de qué van ¿Qué es lo que te hace falta entender en ese cambio crucial en tu vida?

A veces tenemos razón en la amenaza que vemos. No siempre la percepción del cambio es tan infundada o irreal. Es posible que detectemos amenazas reales que nadie más parece entender o percibir y, peor aún ¡No nos quieren prestar atención o no nos dejan cuidar de nosotros mismos! Entonces salimos a rechazar el cambio.

Para resumir ¿Bienvenido o no el cambio? ¿De qué nos estaremos perdiendo? ¿De qué habrá que huir?

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