¿Por qué su médico de familia está en huelga y se encierra en un centro de salud?

Por Doctorcasado

Los últimos dos días he dormido en el suelo de un centro de salud. Si, obviamente tengo cosas mejores que hacer, pero la situación es grave y los profesionales sanitarios nos tomamos en serio la amenaza que los responsables de la Consejería de Sanidad presentan. Siguen sin contar con nosotros.
Enrique Costas Lombardía es un prestigioso economista de la salud. Da tres poderosas razones para justificar la huelga de la sanidad madrileña:
» Maltrato al personal. El sistema es en términos mercantiles una empresa de mano de obra intensiva: más del 55% de su gasto corresponde a personal. Además, son los médicos, con sus decisiones clínicas, y no los gerentes y directivos, los que asignan la mayor parte de los recursos. Parece obvio que cualquier proyecto debiera tener en cuenta la actitud del personal. Sin embargo, el sistema sigue desde hace años una política laboral aberrante de sueldos bajos, torpe igualitarismo, arbitrariedad en los contratos, menosprecio del esfuerzo y del mérito y, para los jóvenes, inseguridad en el empleo. Todo ello produce justa irritación y el plan de sostenibilidad, que ni siquiera ha oído a los sanitarios, ha sido el detonante.
» Despilfarro de los políticos. Hace pocos años, el servicio de salud madrileño contrató la construcción, por el método de asociación público-privado, de varios hospitales innecesarios, no planificados, mal concebidos y con una mediocre asistencia con el fin real de comprar votos para el PP en zonas donde no los tenía. Ahora, ahogado por la crisis, se dispone a venderlos arrastrando al personal sanitario de los mismos a una situación de paro o emigración o trabajo sin derechos laborales (darse de alta como autónomos). ¿Cómo no rebelarse?
» Falta de explicaciones. En el mundo no existen sistemas puros: los públicos acogen o permiten la sanidad privada y en los que esta predomina, la participación del Estado es apreciable. Pero la privatización (reducir la provisión estatal, desplazar el coste del Gobierno a los individuos, establecer un mínimo básico, introducir mecanismos de mercado o desregular) es un hecho trascendente en el que no cabe la frivolidad. No sirve ofrecer como justificante una opinión basada en datos infundados porque no hay evidencia científica alguna de que la provisión pública de asistencia médica sea menos eficiente que la privada.
Puede leer en el País el artículo completo.

Parece que no hay mucha evidencia científica que apoye la tesis de que la gestión privada ahorra dinero. Lo que propongo como medida de ahorro es incentivar a que los profesionales sean protagonistas en la gestión de los servicios y en el liderazgo de los mismos. No hay nada más caro que un profesional no motivado.

How Does Private Finance Affect Public Health Care Systems? Marshaling the Evidence from OECD Nations

  1. Carolyn Hughes Tuohy,
  2. Colleen M. Flood and
  3. Mark Stabile

  1. University of Toronto

Abstract

The impact of private finance on publicly funded health care systems depends on how the relationship between public and private finance is structured. This essay first reviews the experience in five nations that exemplify different ways of drawing the public/private boundary to address the particular questions raised by each model. This review is then used to interpret aggregate empirical analyses of the dynamic effects between public and private finance in OECD nations over time. Our findings suggest that while increases in the private share of health spending substitute in part for public finance (and vice versa), this is the result of a complex mix of factors having as much to do with cross-sectoral shifts as with deliberate policy decisions within sectors and that these effects are mediated by the different dynamics of distinctive national models. On balance, we argue that a resort to private finance is more likely to harm than to help publicly financed systems, although the effects will vary depending on the form of private finance.
 Journal of Health Politics, Policy and Law 2004 Volume 29, Number 3: 359-396 
vía Javier Padilla